31 agosto, 2006

CRÓNICA DE UNAS MUERTES ANUNCIADAS: "UNITED 93" (PAUL GREENGRASS)



El director, Paul Greengrass, se dio a conocer a nivel internacional gracias a la interesante “Bloody Sunday” (2002), aunque ya era un prestigioso director de televisión en el Reino Unido. Le siguió la segunda parte de la saga del agente secreto Bourne, “El mito de Bourne” (“The Bourne Supremacy”, 2004). Su estilo se caracteriza por la búsqueda de una inmediatez cercana al documental, quizá fruto de su trabajo en televisión, lo cual hace de él el realizador ideal para contar la historia del único vuelo secuestrado el 11-S que no llegó a su objetivo, La Casa Blanca, gracias al comportamiento heroico de sus ocupantes. Para ello, fija su objetivo en los centros de control terrestres que asistían desconcertados a una ola de secuestros aéreos como no habían visto en su vida. También en los militares que, igualmente, no sabían cómo reaccionar. No había aviones de combate lo suficientemente cerca del lugar de los hechos y además no era nada fácil tomar la decisión de lanzar un misil para derribar un vuelo comercial lleno de pasajeros. Por último, se centra en los pasajeros, tripulación y secuestradores del vuelo 93, que da título al film.

Greengrass consigue algo bastante meritorio, transformar uno de los mayores lastres con que contaba la historia, los hechos son recientes y de sobra conocidos por todos, en su mayor virtud. Y lo hace de la forma más honorable posible, huyendo del morbo y del sentimentalismo que sería más propio de un film catastrofista. Aún así, resulta “gracioso” ver como se cumplen algunos de los tópicos propios de ese tipo de films, como que entre los viajeros haya un piloto de avionetas que se ofrece voluntario para pilotar el avión en el caso de que sean capaces de reducir a los terroristas o que sea el primer día de trabajo del nuevo jefe de la base de control (existe otra variante, que sea el día de su jubilación). Vamos, solo faltaba que alguien dijera: “elegí un mal día para dejar de fumar”, pero no habría sido serio y menos aún decir: “elegí un mal día para dejar de esnifar pegamento”. Lo siento por esta pequeña digresión, mi mente está envenenada por miles de horas ante la pantalla de televisión y “Aterriza como puedas” es una de mis parodias favoritas.

Siguiendo con el comentario de “United 93”, decía que Greengrass consigue evitar el morbo y el sentimentalismo adoptando ese tono pseudo-documental al que me refería antes, pero a la vez construye un relato lleno de tensión creciente. Considero un gran acierto contar la historia desde el punto de vista de los controladores aéreos, ya que la identificación de cualquier espectador que viviera en directo los acontecimientos con ellos es muy fuerte. Al menos, ese es mi caso y creo que será el de la mayoría. Con un sentido hitchcockiano del suspense, el director cuenta con la información que el espectador ya conoce, pero que los personajes no. De esa forma, sufrimos primero la impotencia e incertidumbre que sienten ante lo que está ocurriendo y más tarde la sorpresa y el temor cuando se constata la tragedia. Resulta escalofriante el simple hecho de ver como van desapareciendo los aviones de la pantalla del radar. Los controladores no saben lo que está pasando, pero los espectadores sí.

Paradójicamente, la parte para mí más endeble es la que transcurre dentro del avión del título. Creo que en las escenas de acción el estilo de Greengrass se revela inoperante. Al igual que ocurría en “El mito de Bourne”, los violentos movimientos de cámara apenas dejan entrever lo que está pasando cuando los pasajeros se abalanzan sobre los terroristas y creo que la confusión es enemiga de la emoción. Además, creo que el verismo conseguido en las escenas de las diferentes bases de control (muchos de los personajes se interpretan a sí mismos admirablemente, incluyendo el jefe debutante al que me refería antes) supera con creces al conseguido en el avión. Aún así, estamos ante un film más que notable y altamente recomendable.

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