Guillermo del Toro es un director que cuenta con un cierto beneplácito crítico y un indudable séquito de fans. En mi opinión es el típico caso de eterna promesa. Es alguien del que siempre se espera mucho, pero que, a pesar de mantener una calidad media más que aceptable, nunca acaba de presentarnos esa obra redonda que justifique las expectativas despertadas. Creo que “El laberinto del fauno” es la vez que más cerca ha estado de conseguirlo.
Se trata de la segunda parte de una anunciada trilogía sobre la Guerra Civil. La primera, “El espinado del Diablo” (2001), fue bastante decepcionante. Como en aquella, se puede hablar de dos tramas paralelas, una fantástica y otra más realista, aunque no falten en esta última guiños al cine de género (western, escuela Sergio Leone, sobre todo) y elementos simbólicos. Lo más difícil en estos casos es conseguir que ambas historias convivan de forma armoniosa durante el metraje. Creo que Del Toro no solo consigue eso, sino el más difícil todavía: que ambas líneas argumentales se enriquezcan y potencien mutuamente hasta llegar a un clímax final muy emotivo. Ha aprobado la asignatura pendiente que le quedó para septiembre en “El espinazo del Diablo”.
La primera escena de la película resulta fundamental para entender el conjunto. En ella se establecen no solo las dos tramas que van a guiar la acción, sino también el punto de vista narrativo que adopta el director. A través de un diálogo dentro de un coche entre madre e hija, se establece la afición de ésta última por los libros de cuentos, así como su desbordante imaginación. La madre le recrimina por ello y le pide que se comporte como una señorita ante su nuevo padre adoptivo, al que conocerá al final del viaje. Durante una parada en el camino, la niña sale del coche y descubre una piedra con forma de ojo; a continuación se adentra en el bosque que linda con la carretera hasta encontrar la escultura de la que procede la piedra y la sitúa en su lugar. La madre la descubre en ese momento y le vuelve a echar la bronca por haberse ensuciado los zapatos. Del Toro introduce entonces una serie de planos en los que relaciona a la madre con la niña y la escultura, dejando claro que esta existe de verdad y no es solo algo producto de la imaginación de Ofelia. A la vez, establece el antagonismo entre el sentido de la fantasía de la niña y el sentido de la realidad de la madre, que va a marcar todo el relato. No será este el único momento del film en el que esto ocurra, recordemos el episodio de la mandrágora.
Existe, por tanto, una clara intención de mantener la ambigüedad respecto a la relación entre el mundo de cuento, que parece estar exclusivamente en la mente de la niña protagonista, y la hostil realidad que la circunda. Pero va aún más allá, ya que a la vez ese juego de antagónicos entre realidad y fantasía actúa como metáfora del duelo entre los fascistas y los idealistas que desean reinstaurar la República. Evidentemente, Del Toro se pone de parte de la fantasía, a la que identifica con la libertad de pensamiento, mientras que la dura realidad encuentra su analogía en el fascismo. Hay un detalle simbólico muy eficaz en ese sentido: el malo de la función (un enorme Sergi López interpretando al amenazante padre adoptivo) porta siempre consigo un reloj que heredó de su padre y que se esmera en cuidar y arreglar con la intención de que le dure hasta el momento de su muerte. Es una forma de expresar la falta de humanidad y la cerrazón mental del personaje a través de la identificación con el mecanismo de un reloj, como si fuera el malo de un cuento de Michael Ende.
Buf, me ha quedado un poco denso, ¿no?
Me gustaría destacar la gran labor de todos los actores, pero en especial la del ya mencionado Sergi López, que hace una memorable composición como oficial fascista, y la de una estupenda Maribel Verdú, que consigue conmovernos interpretando al maternal personaje en el que la niña protagonista (la revelación Ivana Baquero) encuentra la solidaridad que no halla en su propia madre. Lo mismo se puede decir de Álex Angulo, recuperado para la causa cinematográfica después de varios años de errante (y errada) trayectoria televisiva. Del Toro demuestra que no solo está dotado para la imagen, sino que también es un gran director de actores.
Así mismo, es justo mencionar el magnífico trabajo de ambientación, así como la gran contribución de Guillermo Navarro al mando de la fotografía. Ambos aspectos colaboran para conseguir que un film que se mueve en terrenos y géneros tan dispersos resulte sólido y coherente en todo momento.
Buf, me ha quedado un poco denso, ¿no?
Me gustaría destacar la gran labor de todos los actores, pero en especial la del ya mencionado Sergi López, que hace una memorable composición como oficial fascista, y la de una estupenda Maribel Verdú, que consigue conmovernos interpretando al maternal personaje en el que la niña protagonista (la revelación Ivana Baquero) encuentra la solidaridad que no halla en su propia madre. Lo mismo se puede decir de Álex Angulo, recuperado para la causa cinematográfica después de varios años de errante (y errada) trayectoria televisiva. Del Toro demuestra que no solo está dotado para la imagen, sino que también es un gran director de actores.
Así mismo, es justo mencionar el magnífico trabajo de ambientación, así como la gran contribución de Guillermo Navarro al mando de la fotografía. Ambos aspectos colaboran para conseguir que un film que se mueve en terrenos y géneros tan dispersos resulte sólido y coherente en todo momento.
8 comentarios:
desde luego le mete ud. a una el gusanillo de ir a verla! Eso (entre otras muchas cosas) ya justifica este blog (por lo menos en mi vida) Otra cosa será cuando esta humilde servidora se pase por la sala, y si su lengua literaria es mayor que su gusto, ya tendré ocasión de enfadarme, don replicante, pues en esta producción pensaba yo ahorrarme los 6 euritos y mandar mi inversión para otro lado, y ahora.. deseando estoy que llegue mañana para embriagarme entre las imagenes mientras todavía me acarician sus palabras y sobretodo, la posibilidad de cotejarlas, de ver todo este (para ud. al menos) genial asunto.
además está sergi, y en la pelicula se relaciona lo fascista con lo que se tiene que asociar, no? impartiendo la misma justicia con los republicanos, o sea, que vale..
Sólo me gustaría para terminar, que dejara abierta alguna vía de contacto algo más cercana que este blog, con objeto de expresarle mi enfado (o no) de una forma algo más privada (y si no se equivoca con la pelicula, incluso intima)
¡Deckard ha ligado! ¡Deckard ha ligado! ¡Deckard ha ligado!...
Espero que este comentario malicioso (y profundamente infantil) por mi parte no le cree problemas personales. Es que soy un poco tonto y el fin de semana se está encima.
Bueno...y en cuanto a la peli. De acuerdo con usted en todo. Salvo en las actuaciones de Maribel Verdú y el resto de secundarios. Los aragoneses NO hablamos así. Es un acento demasiado forzado. Me sacaba del cuento cada dos por tres.
Saludos. ¡Machote!
Si la conejita es quien yo sospecho, y estoy casi seguro de acertar, le aseguro que de ligar nada de nada. A no ser que de repente empezaran a gustarme los tipos altos, rubicundos, con barriga cervecera, barba y medio calvos.
Comprendo sus reticencias con el acento, es algo que te puede sacar de la historia. En todo caso, es un problema muy local. Yo, simplemente, noté que la Verdú hablaba algo raro.
Si hubieras leido comics de Mingola, entenderías mejor y apreciarías mas el cine de Guillermo del toro
Hombre, Mingola no está mal como referencia de del Toro, aunque yo creo que hay más influencia de Mignola.
Estoy totalmente deacuerdo contigo
Vale, solo he leído un cómic de Mignola, concretamente el primer número de Hellboy en el que se basaba parcialmente la película y me gustó bastante. La verdad es que no soy un lector habitual de cómics y no es algo de lo que me sienta orgulloso. Puede que se deba a que de pequeño apenas caía alguno por mi casa que no fuera de Mortadelo y Filemón o similares. Sí he leído casi todo Tintín y Astérix porque eran los típicos que tenían en las bibliotecas, así como Mafalda y Charlie Brown. Vamos, los típicos que los fans de los cómics desprecian por obvios. Mi personaje favorito de cómic adulto es Torpedo, de Bernet-Abulí, que también conocí en la biblioteca. Claro que es normal porque es un cómic muy cinéfilo.
Teniendo en cuenta el gran número de películas basadas en cómics que están apareciendo, trato de leer todos los que puedo para documentarme y entender mejor el lenguaje del cómic, su posible influencia en el cine y viceversa. También por diversión, que no soy tan serio.
En todo caso, como muy bien explica Roski en su blog, vivimos en la era postmoderna y el juego de referencias entre las diferentes artes es tan rico y variado que es imposible abarcarlas todas. Yo prefiero centrarme en las cinematográficas, que son las que mejor detecto y conozco.
En todo caso, las referencias explícitas de "El laberinto del fauno" me parecen más literarias que tebeísticas. ¿No habéis pensado que lo que le gusta a Del Toro de Mignola es que comparten gustos literarios? Porque yo veo, sobre todo, referenias a Lovecraft y a Lewis Carroll.
Lo siento por el rollo, casi me daba para otro post. Sería un post-post.
Bienvenidos todos los nuevos, aunque sean anónimos. Despiertan mi imaginación.
Saludos para todos.
Pues en lo referente a Mignola, teniendo en cuenta que los diseños de personajes y que el cartel promocional de la película para la Comicon de este año son suyos (por no hablar de la adaptación al cómic de la película), podríamos decir que la influencia en del Toro es MUCHA. Ya se veía desde EL ESPINAZO e incluso en Blade II, pero ha sido con esta última. De hecho, esta última es mas HELLBOY que la própia Hellboy, que , por cierto, no adaptaba el primer comic, solo pillaba parte del origen de Hellboy... En cambio, la segunda parte Si estará basada en algo, en la novela EL EJERCITO PERDIDO de Chris Golden y que es Indiana Jones puro y duro.
Saludos.
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