Ahora que todavía estamos con la resaca post Halloween, les voy a advertir sobre dos auténticos horrores que he tenido la desgracia de vivir en el cine últimamente.
SANTOS (Nicolás López)
La sensación que uno tiene al salir del cine después de haber visto Santos es similar a la que se tendría de haberle pagado 5 euros al mejor pateador de rugby del mundo a cambio de que te propinara una patada en los mismísimos, cogiendo carrerilla y con botas de punta metálica. El responsable de este desaguisado debio pensar que como es una historia fantástica, basada en el mundo de los cómics y de mucho cachondeo valía cualquier cosa y se dedica a castigar las meninges del personal con tal retahíla de gilipolleces que ni el Aznar más inspirado podría superarla. De los actores, el único que parece saber donde se ha metido es Guillermo Toledo, que pone voz de mal doblador de serie Z, justo de lo que se trata. Pretenden hacernos creer que Javier Gutiérrez se liga a Elsa Pataky no por su atractivo físico (algo evidente, no es por ofender), sino por su gracia, su talento y su carisma, pero el personaje protagonista es tan patético que hasta la Madre Teresa de Calcuta habría tenido que hacer de tripas corazón para apiadarse de él.
WANTED (Timur Bekmambetov)
Wanted, a diferencia de Santos, venía precedida de un cierto halo de prestigio debido a que su origen se encuentra en la obra de uno de los más aclamados historietistas actuales: Mark Millar. Pues vale, desconozco la obra de Millar, de lo cual no me siento orgulloso, pero la película no me parece más que un pastiche de Matrix, El club de la lucha y Minority Report realizado por un deficiente mental. Porque vamos a ver que yo me aclare: ¿por qué coño el gilipollas del protagonista (un correcto James McAvoy) tarda tanto en darse cuenta de que se ha metido en una especie de secta constituida por asesinos de ideología descaradamente fascista? Pero bueno, aceptemos que el protagonista es tan pringao que no se da cuenta de algo que cualquier espectador con sentido común notará enseguida. Mas no termina ahí la cosa, sino que tras un durísimo entrenamiento cuya meta final consiste en aprender a disparar balas con efecto (sí, como si fuera un lanzamiento de falta realizado por David Beckham, pero con pistola, una chorrada como otra cualquiera), le engañan (otra vez) para que finalmente acabe matando nada menos que a su padre, a la postre el verdadero bueno de la historia (en un pedestre y tramposo giro final que me permito desvelar como pequeña venganza personal). Total, que al final el aprendiz, cuando se da cuenta de que en realidad le han utilizado para matar a su padre, se volverá contra los que le enseñaron a disparar balas con efecto ayudado por Angelina Jolie, otra que se cae del guindo y se da cuenta de que los de la secta a la que pertenece son muy malos. Esta última se revela con un lanzamiento de bala que describe un giro de 360º, con el cual mata a casi todos los miembros de la secta y se suicida ella misma. ¡Lo juro! Tras este record guinness de la estupidez, solo queda la guinda final en la que James McAvoy, ya convertido en un experto lanzador de balas con efecto, tirabuzones y doble pirueta hacia atrás invertida, mata al jefazo de la secta, Morgan Freeman (ay), y toma las riendas de su vida. Para entonces, ya es demasiado tarde, ¿qué más da?
2 comentarios:
Aunque no se lo crea, vi una anterior (no se si es la única o no) del director de "Santos" y me gustó bastante, aunque no recuerdo ni el titulo, y no tenia nada que ver con este engendro, que aunque no he visto, la he visto con sus palabras.
Lo que no se es como se le ocurren ciertos suicidios económicos anunciados...
Tal como está el patio últimamente, tendría que haberse ido a ver U2 3D, buen hombre y buen amigo... Aunque fui a ver "Sólo Quiero Caminar" y bueno... es otra cosa ya, desde luego... Me gustaría saber su opinión.
Un abrazo, Deckard!!!
¿Dos horrores? Cualquiera lo diría viendo las fotos de las protagonistas. Lo mismo que elegir un libro por la cubierta.
Saludos.
Publicar un comentario