17 marzo, 2009

EJEM, COMO DECÍAMOS AYER...

Estatua de Fray Luis de León frente a la fachada de la Universidad de Salamanca a la que nadie presta atención porque están demasiado ocupados buscando la famosa rana.


No es que yo haya estado retenido durante todos estos meses por la Inquisición, no tengo motivos tan nobles como los de Fray Luis de León para haber permanecido ausente durante todo este tiempo; así que, simplemente, les pido perdón por mi dejadez.

Me quedé colgado en el repaso al año 2008 y mi intención es terminar lo que empecé, pero aligerando el ritmo para ir dando paso a la actualidad.


Pero basta de preámbulos, al grano. Como prometí hace tiempo, el próximo capítulo del repaso cinematográfico del 2008 está dedicado a la lista de Pequeñas y Grandes Decepciones, así que hagamos un pequeño viaje al pasado (al menos, habrán tenido más tiempo para ver las pelis en DVD, si no las vieron en el cine):



PEQUEÑAS Y GRANDES DECEPCIONES

Son películas que, aunque fueron realizadas por algunos de mis directores favoritos o venían precedidas de grandes alabanzas y prestigio internacional, me dejaron frío. Algunas de ellas (léase: Antes que el diablo sepa que has muerto, Pozos de ambición o El caballero oscuro) figuraron en muchas listas de lo mejor del año. No es que piense que se trata de malas películas, solo que, a pesar de aciertos parciales, no cumplieron las expectativas generadas en torno a ellas.









LOS CRÍMENES DE OXFORD (Álex de la Iglesia)
No solo se trata de la película más impersonal de Álex de la Iglesia, sino que tampoco funciona como simple filme de misterio. El director español más dotado de su generación pretendía comportarse como un simple entertainer, pero al quedar despojado de sus elementos característicos lo único que ha sido capaz de entregar es un thriller del montón, tramposo y efectista. Espero que La Marca Amarilla le inspire algo mejor, ya que, aunque las circunstancias de producción serán parecidas, se trata de un proyecto que le toca algo más la fibra.











MONSTRUOSO (Matt Reeves)

La campaña viral a través de la red fue brillante, pero el resultado final no me parece más que una atracción de feria poco excitante. Al menos, Rec., la película con la que resulta inevitable compararla, sí proporciona una experiencia realmente intensa, casi a la altura de la memorable La matanza de Texas. Lo que se demuestra es que no basta con el rodaje cámara en mano y unos currados efectos especiales para empatizar con el espectador, es fundamental una buena dirección de actores, unos personajes mínimamente creíbles y dejarse de historias amorosas metidas con calzador. Lo que importa es el bicho y las matanzas, Matt Reeves, ya lo sabes para la próxima vez. Salvaría la magistral composición de Michael Giacchino para los créditos finales, el primer ataque que sorprende a los personajes en la fiesta (lo que sirvió de trailer, vamos), algún que otro ataque de los bichos y el rescate de auténtico vértigo por los edificios en ruinas. Ah, curiosidad, juraría que el monstruo que ataca a James T. Kirk al llegar al planeta helado en Star Trek es el mismo de Monstruoso. J.J. Abrams es muy dado a los guiños propios y ajenos.





POZOS DE AMBICIÓN (Paul Thomas Anderson)
Reconozcámoslo, Paul Thomas Anderson siempre ha sido algo megalómano. En Sidney y Boogie Nights quiso recordarles, a los por entonces despistados Francis Ford Coppola y Martin Scorsese, respectivamente, como se hacía una buena película siguiendo su libro de estilo y, voilà, lo consiguió. Luego tocaba emular a otro de sus maestros, Rober Altman, y con Magnolia superó con creces lo conseguido por el texano, ya que a Mr. Anderson le sobra algo que al sobrevaloradísimo Altman le faltaba, talento para colocar y mover la cámara. Y llegamos a Pozos de ambición, saltándonos, si me permiten, la vista y casi olvidada Punch Drunk Love, una comedia atípica, que es como se suele denominar eufemísticamente a las comedias que no hacen gracia. There Will be Blood (el título que el film tenía antes de que los distribuidores españoles lo cambiaran por otro digno de un culebrón venezolano) es como si Kubrick hubiera pretendido hacer la gran película americana. Y a este tipo de pelis lo que les pasa es que no tienen término medio: o te parecen obras maestras o se te atraganta tanta pretensión megalomaníaca. A mí me pasó lo segundo, pero lo mismo otro día la vuelvo a ver y le acabo pillando el punto; hay que darle tiempo al que, probablemente, sea el director más talentoso de su generación.





SWEENEY TODD, EL BARBERO DIABÓLICO DE LA CALLE FLEET (Tim Burton)

Este es un caso extraño. Es una película sin tacha, todo los elementos individualmente considerados rozan la perfección: los actores, la fotografía, la estética, la dirección con mano firme de Burton, todo es lo que debe ser y está donde debe estar. ¿Por qué, entonces, el resultado final me pareció algo soporífero? Pues solo encuentro dos explicaciones: la primera sería la parte musical (no es que tenga nada en contra de los musicales, al contrario, pero es que en este caso las canciones, más que animar la función, le confieren un tono operístico con el que no congenio); la segunda posible causa de mi desencanto estaría relacionada con la primera y es que ese tono grandguiñolesco, ese contínuo teatro del horror sin propósito se me acabó haciendo algo cansino.






EL CABALLERO OSCURO (Christopher Nolan)
El esfuerzo de Christopher Nolan por conferir a un filme de superhéroes un tono de thriller realista al estilo de los que se realizaban en los años 70 resulta loable, pero, en mi opinión, equivocado. Al fin y al cabo, se está contando la historia de unos tipos que salen disfrazados y pintados como puertas a darse de mamporrazos. No sé, un poco más de sentido del humor no le habría venido mal. Además, Nolan es un grandísimo narrador, pero su fuerte no son las escenas de acción, ninguna resulta especialmente brillante. Y eso por no hablar de ciertos saltos en el guión poco o nada justificados. El porqué una obra maestra como The Prestige pasó casi inadvertida mientras El Caballero Oscuro recibía alabanzas ditirámbicas es algo que se me escapa.






MIL AÑOS DE ORACIÓN (Wayne Wang)
Peliculita que cuenta una historia bastante manida dentro de la tradición del cine oriental: la relación entre un padre atado a la tradición y una hija absorbida por la moderna forma de vida occidental. Homenaje (reconocido) al cine de Ozu que no alcanza ni con una onda la grandeza del genio japonés. Deja la sensación de que se trata de un bonito corto innecesariamente alargado… y eso que dura menos de 90 minutos, lo cual en estos tiempos es algo excepcional. Still Walking, eso sí que es un Ozu sin Ozu en el que Kore-eda es capaz de mantener un diálogo de tú a tú con el maestro. Ya hablaré más ampliamente de ella algún día.





UNA CHICA CORTADA EN DOS (Claude Chabrol)
Seguro que esta peli tenía algún detalle interesante, pero, sinceramente, lo he olvidado. Ah, sí, ya recuerdo, salía la sabrosa Ludivine Sagnier, que se enrollaba con un señor mayor (Fran Berléand) y era perseguida por el chulesco ricachón del pueblo (Benoit Magimel). Con Chabrol he ido pasando del entusiasmo inicial con El Infierno o La Ceremonia a una creciente indiferencia. Sus películas resultan agradables de ver, pero cada vez más rutinarias.






HONEYDRIPPER (John Sayles)
¿John Sayles fue el director de aquella maravilla llamada Lone Star o de la deliciosa El secreto de la isla de las focas? Cada vez resulta más difícil de creer. Este bienintencionado cuento sobre los orígenes del Rock‘n’Roll sabe a oportunidad perdida; la idea de partida es de lo más atractiva, pero el resultado es tan insípido y previsible que da rabia.




ANTES QUE EL DIABLO SEPA QUE HAS MUERTO (Sidney Lumet)
Oscuro film que, en mi opinión, se ve malogrado por unos saltos temporales excesivamente subrayados a base de efectos sonoros y de montaje. Yo me sentí como si el director me dijera constantemente: “eh, idiota, no te pierdas, que ahora vamos atrás en el tiempo”. Por otro lado, adolece de una sobrecarga de gravedad que acaba dinamitando la credibilidad de una historia, la del golpe imperfecto, que para más inri ya había sido visitada por autores más inspirados; tales son el Quentin Tarantino de Reservoir Dogs o, sobre todo, los Coen de Fargo. Un poco de sentido del humor negro no le habría venido mal a tan rocambolesca peripecia vital, pero Sydney Lumet opta por un tono a lo tragedia griega que, unido a una narración que complica, más que explica, una historia en el fondo bastante sencilla, da como resultado uno de los films más pretenciosos de la pasada temporada.

4 comentarios:

ANRO dijo...

Sí la verdad es que tienes que poner el ejen, ejen. Estuve tentado de contratar a un detective para que te siguiera la pista.
Deckard se perdía un buen día 14 de Enero. Era un buen principio para un bonito misterio.....Déjame elucubrar
¿un jefe que te encadena vilmente a trabajos extras por aquello de la crisis?....¿Viajes a paises lejanos y exóticos porque te ha tocado la primitiva?....¿Un romance de los que te obnubilan la razón y te embeben los sentidos?...¿Un encono cabrón porque tu equipo no hizo nada en la liga y te sumió en un sopor bestiario?....¿Un subidón súbito de obligaciones (¿matrimoniales?)?...La verdad no se me ocurren más excusas para ¡¡¡¡no escribir una sola linea en 8 meses!!!!
En fin medita sobre tu absoluta irresponsabilidad bloguera y ponte a trabajar como es debido. ¡Ale, ya te dí la bronca!
En muchas cosas estoy de acuerdo contigo. Especialmente en los casos de "El Barbero de Fleet Street" y "El Caballero oscuro"
Un abrazote y bienvenido de nuevo

DECKARD dijo...

Ja, ja, gracias por ofrecerme tantas posibles explicaciones, pero me temo que ninguna concuerda.

La idea de volver siempre estuvo ahí, pero cuanto más pasaba el tiempo más vergüenza me daba, entras en un círculo vicioso. Hasta que llega el día en el que no puedes con el mono y vuelves, aún sabiendo que recibirás alguna torta que otra.

Un abrazo y muchas gracias!

Licantropunk dijo...

¡Mira lo que trajo el gato! Y dispuesto a repartir estopa (el famoso "como decíamos ayer"... un poco manido ¿no?). Coincido con sus apreciaciones excepto en "Pozos de ambición" y "El caballero oscuro", que me parecen dignas de una puntuación muy superior: no me decepcionaron nada. No he visto "Honeydripper", ni "Mil años de oración" y por desgracia vi "Monstruoso" y "Sweeney Tood".
Mi mayor decepción del año pasado sin duda fue "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal". Pero decepcionaca absoluta: de las de llorar de amargura tres paquetes de Kleneex. Eso sí, sin acritud.
Saludos.

DECKARD dijo...

Sí, supongo que lo de "como decíamos ayer" es una frase comodín muy sobada, pero después de darle muchas vueltas no sé me ocurrió nada mejor para empezar, qué triste.

Precisamente, "Pozos de ambición" y "El caballero oscuro" son las dos pelis con las que más dudé a la hora de incluir en esta lista. No cabe duda de que ambas son interesantes, pero a mí me dejaron frío. En todo caso no se trata de una opinión cerrada, tengo intención de volver a verlas dentro de un tiempo y mi opinión podría variar.

Sin embargo, para mí "Indy IV" cumplió las expectativas que tenía en torno a ella, así que no puedo hablar de decepción. Esa sí que la he vuelto a ver y me reafirmo en mi primera impresión.

Un saludo!