UN THRILLER POST-MODERNO: RESEÑA DE "KISS KISS BANG BANG"

Su reciente estreno en DVD, es una buena excusa para recuperar esta película destinada a convertirse en un film de culto debido a su leve paso por las pantallas y a que posee varios puntos de interés para el cinéfilo despierto y aficionado al género.

Shane Black (autor del guión y director) se hizo un nombre en Hollywood como guionista de "Arma letal" (Richard Donner, 1987) y sus posteriores secuelas, a cada cual más lamentable. Así que se puede decir que nuestro hombre es corresponsable, junto al otrora prestigioso Richard Donner (recordemos: "La Profecía"(1976), "Superman" (1978), "Superman II" (sin acreditar, 1980), "Los Goonies" (1985) o "Los fantasmas atacan al jefe" (1988)), de tan cansina saga. Pero lo que más me interesa para este análisis del currículum de Mr. Black son los guiones de "El último gran héroe"(John Mc Tiernan, 1993) y "El último Boy Scout" (Tony Scott, 1991) porque en ellos podemos encontrar la semilla de lo que luego será "Kiss Kiss Bang Bang" (Shane Black, 2005). El hecho de que aquellos dos films llevaran en su título la palabra "último" (también en el original: "Last action hero", "The last Boy Scout") me parece muy significativo, ya que denota el carácter crepuscular de ambas propuestas.

Hagamos un poco de historia. Los años 80 habían sido una época dorada para el cine de acción (sin ánimo de ser exhaustivo, cabe destacar por su calidad: "Terminator" (James Cameron, 1984), "RoboCop" (Paul Verhoeven, 1987), "La jungla de cristal" (John McTiernan, 1988) o "Desafío total" (Paul Verhoeven, 1990), después de que directores de la talla de Sam Peckimpah o Don Siegel hubieran sentado las bases del subgénero (prefiero llamarlo así porque se alimenta de otros géneros, como pueden ser el Western, el Cine Negro, el Fantástico o la Ciencia Ficción) en la década anterior. Éste se caracteriza por una especial recreación, generalmente de forma lúdica, en las escenas de violencia, tiroteos, persecuciones, etc... Pues bien, a principios de los 90 se empezaba a hablar de una franca decadencia. Habíamos entrado en la era de lo políticamente correcto y los héroes de acción empezaban a ser una cosa desfasada. Además, la saturación de títulos, la mayoría (hay que decirlo) de una calidad ínfima, empezaba a cansar a los sufridos espectadores. De este fenómeno se hizo eco Shane Black en sus guiones para "El último Boy Scout" y "El último gran héroe". En la primera, el detective interpretado por Bruce Willis ( a mi parecer, el mejor intérprete de este tipo de films junto al impagable Kurt Russell de las películas de John Carpenter. Ambos saben combinar sentido del humor con sana chulería) es alguien consciente de pertenecer a otra época y sus diálogos están trufados de referencias a un tiempo pasado. Como compañero de aventuras tiene , sin embargo, a alguien fruto de los nuevos tiempos: un joven, famoso y hedonista, jugador de rugby (este juego entre opuestos es algo típico de las buddy movies o pelis de colegas). Al final, el rudo detective tendrá que aprender y adaptarse para volver a ser aceptado por su esposa y por su nuevo amigo. Pero donde más se hace notar ese discurso sobre el fin de un determinado tipo de héroe es en la interesante "El último gran héroe". En este film se hace pasar al héroe al otro lado de la pantalla en un ejercicio sin duda inspirado por "La Rosa Púrpura de El Cairo" (Woody Allen, 1985) , pero más audaz al estar situado en la época actual. El juego de espejos entre realidad y ficción es tan rico que merecería un espacio aparte, pero tampoco agota todas sus posibilidades por el hecho de que, al fin y al cabo, se trata de una superproducción y se ha de buscar un final positivo. En todo caso, el tono amargo que recorre gran parte del film es superiror al que cabe esperar en este tipo de producciones y es lo que quizá provocó su estrepitoso fracaso comercial.

Kiss Bang Bang" retoma ese gusto por el relato multirreferencial, en este caso centrándose en la literatura "pulp", que aparece reflejada de forma explícita en el film. El relato negro típicamente "pulp", tan de moda a raíz del éxito de "Pulp Fiction" (Quentin Tarantino, 1994), se caracteriza por unas tramas muy enrevesadas, tanto que a veces resulta difícil seguirlas, en las que se insertan detalles escabrosos y violentos (drogas, asesinatos, suicidios, abuso de menores...) . Esta vez, el humor predomina sobre todo el conjunto, mejor cuanto más negro se torna (la escena más divertida de la película es una en la que le vuelan la cabeza a un matón, no digo más para no desvelarle la sorpresa a quien no la haya visto). El humor también le sirve a Black para cebarse con el turbio mundo del "famoseo" en Hollywood. La gente acude a esa ciudad huyendo de un pasado turbulento y a la búsqueda del sueño americano, pero se encuentran con una pesadilla tan mala como la que dejaron atrás. Otro de los puntos de interés del film radica en la utilización de la figura del narrador (a la vez protagonista de la historia, una convención del Cine Negro desde la clásica "Perdición", Billy Wilder (1944)). Al igual que hizo Martin Scorsese en la magnífica "Casino" (1995), el tono de la voz en off responde al carácter del personaje. Por lo tanto, al igual que el protagonista, la narración resulta nerviosa y hasta errática por momentos.

En definitiva, se trata de un divertimento, que acaricia las neuronas con su inteligencia.