31 octubre, 2006

UN MONSTRUO DEL CINE AMERICANO EN LONDRES, 2ª PARTE: "SCOOP" (WOODY ALLEN)



Este año hemos asistido al estreno de “El nuevo mundo” (Terrence Malick), “La Dalia Negra” (Brian De Palma), “Munich” (Steven Spielberg), “The departed” (Martin Scorsese) y “Scoop” (Woody Allen). En breve nos llegará “Flags of our fathers” (Clint Eastwood, producido por Spielberg) y hasta el poco prolífico Francis Ford Coppola ha dirigido una nueva película: “Youth without youth”. Todos ellos cineastas muy diferentes entre sí, pero que tienen en común constituir la plana mayor de la última gran generación de directores clásicos americanos. Es cierto que algunos han demostrado estar en mejor forma que otros y que no todos han gozado de una libertad y unas condiciones de producción óptimas , pero en general se puede hablar de un gran año de cine. El último capítulo de esta serie de regalos para los cinéfilos lo constituye, de momento, la película que hoy nos ocupa.

Woody Allen es un director “cómodo” para los críticos. Resulta fácil encasillar sus filmes según se trate de películas serias con fondo bergmaniano en las que él no aparece como actor (“Interiores” de 1978, “September” de 1987, “Otra mujer” de 1988 o “Match point” de 2005), comedias alocadas y paródicas concentradas, sobre todo, al principio de su carrera (“Toma el dinero y corre” de 1969, “Bananas” de 1971, “Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el sexo...” de 1972, “El dormilón” de 1973, “La última noche de Boris Gruchenko” de 1975 o “La comedia sexual de una noche de verano” de 1982), comedias sofisticadas con fondo amargo (“Annie Hall” de 1977, “Manhattan” de 1979, “Hannah y sus hermanas” de 1986, “Celebrity” de 1998 o “Todo lo demás” de 2003), películas en las que se plantea desafíos narrativos alejados de los cánones clásicos (el autorreflexivo homenaje a Fellinni “Recuerdos” de 1980, el falso documental “Zelig” de 1983, la disección de la pareja en plan cinema verité “Maridos y mujeres”, la psicoanalítica “Desmontando a Harry” de 1997, la expresionista “Sombras y niebla” o la disyuntiva entre comedia y tragedia “Melinda y Melinda” de 2004), las películas ambientadas en la época de entreguerras con aires nostálgicos (“Días de radio” de 1987, “Balas sobre Broadway” de 1994 o “Acordes y desacuerdos” de 1999), comedias con elementos mágicos o fantásticos como motores de la acción (“La Rosa Púrpura de El Cairo” de 1985, su episodio para “Historias de Nueva York“, “Edipo reprimido” de 1989, “Alice” de 1990, “La maldición del Escorpión de Jade” de 2001). Si a eso le añadimos la obsesión por la muerte, la religión, las relaciones de pareja, el psicoanálisis y sus diversas neurosis, ya tenemos una idea global bastante ajustada de su obra. Por supuesto, se trata de una simplificación, ya que hay películas de un grupo que comparten características con las de otro o tiene filmes tan difíciles de clasificar por la riqueza de sus referencias genéricas y personales como el espléndido “Delitos y faltas” (1989), la película de él que yo elegiría si me pusieran un bazooka en la cabeza (con una pistola no sería suficiente). Por lo tanto, eso de que resulta bastante fácil de encasillar es muy relativo., lo que sucede es que, al ser un director tan popular, sus idiosincrasias han sido asimiladas por todos como parte de nuestra cultura.

Parece que eso de hablar de la decadencia creativa de Woody Allen es algo nuevo, pero, que yo recuerde, siempre ha sido así. La primera película de él que vi en el cine fue “Alice” y recuerdo perfectamente que ya entonces se habló de decepción después de que el año anterior hubiera presentado la justamente aclamada “Delitos y faltas”. Algo similar está ocurriendo con “Scoop” respecto a “Match point”, pero es que la carrera de Allen está plagada de ese tipo de saltos y deberían estar ya acostumbrados. Precisamente, la libertad de la que le gusta gozar es la que le permite afrontar de forma consecutiva proyectos tan dispares y eso forma parte de su encanto. Esa tendencia solo se rompió cuando llegó a un acuerdo con Dreamworks para dirigir tres comedias seguidas en las que él aparecería como actor.

“Scoop”, para que se hagan una idea, tiene reminiscencias de “Misterioso asesinato en Manhattan” y de “La maldición del Escorpión de Jade” (de la primera coge la resolución de un crimen por parte de una pareja de inexpertos en la materia y de la segunda el elemento mágico que desencadena la trama). Esta vez, la relación romántica queda descartada porque Woody ahora sí que debe sentirse demasiado mayor para hacer creíble una relación que no sea paterno-filial entre él y la deliciosa Scarlett Johanson (espléndida en un papel perfecto para su edad y características como actriz). Lo mejor del filme es la perfecta química que se establece entre ambos, que fue el motivo de que este llegara hacerse, así como su ligereza y su falta de pretensiones. Allen interpreta a un mago de poca monta, que no para de contar los mismos chistes malos y de hacerle la pelota a todo aquel que le presta atención. Algunos han querido ver en ello una crítica del autor a aquellos que siempre esperan de él el mismo tipo de comedia, y puede que no les falte razón. La presentación de los personajes no puede ser más adecuada, ya que deja claro desde el principio el nivel de suspensión de la realidad que exige del espectador. Así, como es costumbre en el cine de Allen, el elemento fantástico es asumido con la mayor naturalidad.
En definitiva, un divertimento que cumple con sus pretensiones. Los cinéfilos preferimos al genio neoyorkino cuando acomete mayores audacias creativas, pero su última obra resulta francamente simpática y continúa una tradición anual que vamos a echar mucho de menos cuando nos falte.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Será una comedia ligerita y sin pretensiones, pero como comedia ligerita y sin pretensiones, es de las mejores. Bueno, se echa en falta la presencia de John Doumanian, porque si ya es jodido que no salga Alan Alda, ya esto.. pero bueno. Son pequeñas delicias, tampoco tan insulsas ni superficiales, como El Escorpión de Jade o Granujas. Con la comedia sexual no la asociaría tanto, pues es flojilla incluso desde el punto de vista del divertimento, mientras que con "Scoop" las carcajadas son constantes. A mi jefa, el sentido del humor de la peli le parece desfasado, pero yo sigo alegrándome la vida con los tics y chistes de woody cuando los cuenta él mismo. Con "Granujas" tiene en común el personaje intentando entrar en la alta sociedad, pero mientras que allí, en la "entrada" pretendía no perder mucha autenticidad, aquí se ve obligado a fingir que es uno de ellos sin que se le note, (sin ningún éxito) que no lo es en absoluto. Algo así como el seductor de Julia Roberts en "Todos Dicen I Love You" haciéndose el entendido frente al Tintoretto. Esa es otra, la relación paterno-filial con la protagonista, cuando como seductor, siempre le añade una dimensión diferente a la película, pero en este caso, la dimensión fantástica está puesta en el periodista del más allá que viene con exclusivas, totalmente de acuerdo con ud. Deckard, que está siempre integrado con naturalidad, como en tantas películas suyas. El destino del héroe cuando va a ayudar a la chica (en un smart, por cierto) es delirante, y si no fuera porque no parece muy cargado de mala leche, diría que es uno de los cortes de manga más saludables y maravillosos a la industria, que más que cinematográfica, a muchos nos parece del cliché, del que muchos ya andamos seriamente aburridos. A mí, además de divertida, me ha parecido más que recomendable, y como obra de introducción, perfecta, para padres y hermanos, para ajenos, a los que nos da miedo ponerles "Maridos y Mujeres" o "Delitos y Faltas" directamente. Con esta baboseamos con la churri, mientras se la ve placida y sonriente, acariciando cada vez más el momento de ponerle “Maridos y Mujeres” (si me quieres, bonita, tienes que pasar por ahí..) En eso discrepo con ud., a pesar de la bestialidad que es “Delitos y Faltas”, si me ponen un bazooka, yo me quedo con “Maridos y Mujeres”, pero no me siento muy lejano, no, a su sensibilidad, ni a su, como siempre, magnifico articulo.

Anónimo dijo...

Hombre! me sorprende haberle leido ya 3 ó 4 articulos seguidos sin decir nada malo sobre el country..

Anónimo dijo...

La verdad es que el personaje de Woody Allen, en su destino trágico, cuando va a salvar a la chica, marca una ruptura de tópicos nada superficial. Si la tragedia se constituye mediante la fusión de los dos conceptos complementarios, el apolineo y el dionisiaco, y la genial locura del segundo concepto, la creatividad, debe objetivarse y encorsetarse siempre en la formalidad de lo apolineo, woody escapa al corsé de la industria, y entra en contradicción con el sujetador de los clichés obligatorios, apostando entonces sólo por un la creatividad que no debe ceñirse posteriormente al molde.

P.D. A ver cuando nos vemos otra vez para chingar.

DECKARD dijo...

Muchas gracias a "todos" por vuestras aportaciones. Se nota vuestra adoración por Woody, que yo comparto.

Roski dijo...

Si me ponen un bazooca en la cabeza yo diría "Hanna y sus hermanas"...aunque realmente estaría pensando en "Coje el dinero y corre".

Saludos.

Roski dijo...

Si me ponen un bazooca en la cabeza yo diría "Hanna y sus hermanas"...aunque realmente estaría pensando en "Coje el dinero y corre".

Saludos.

Anónimo dijo...

Buena selección, Roski. Toma el Dinero y Hannah. la verdad es que yo creo que Deckard se queda con Delitos y Faltas aunque no le pongan un bazooka ¿La ha visto, Roski? ¿Que opinión le merece? ¿Y Maridos? Yo de Woody sólo dejaría una: Poderosa Afrodita. y si acaso Recuerdos, que queda pendiente de un segundo visionado...

DECKARD dijo...

Pues yo conozco a la fan number one de "Poderosa Afrodita", no sé de ninguna otra persona a la que le guste tanto. A ver si se anima y escribe.

Anónimo dijo...

Si, pero esa mujer, que intuyo será Selma, es también fan de La Comedia Sexual.. Sus gustos van siempre en dirección opuesta al resto de los mortales!!! pero woody estará contentillo, porq no sabía a quien colocar "La Comedía.." y "Poderosa.."