06 noviembre, 2006

PRESCINDIBLE REMAKE: "TODOS LOS HOMBRES DEL REY" (STEVEN ZAILLIAN)


En 1949 Robert Rossen dirigía “El político” (“All the king’s men”) basándose en la novela de Robert Penn Warren. Fue una película que gozó de un cierto prestigio en su momento y prueba de ello son los Oscars a Mejor Película y Mejor Actor que atesoró. Fue pionera en su denuncia del populismo y la demagogia como uno de los grandes enemigos de la democracia americana y, por extensión, de cualquier otra democracia. Vista hoy, queda en evidencia que el paso de los años no le ha sentado nada bien. Su discurso político resulta excesivamente esquemático y su dramaturgia profundamente literaria y/o teatral. Cuando digo esto último en sentido peyorativo, me refiero a que los diálogos son demasiado retóricos y explicativos. Un buen escritor de guiones para cine debe ser capaz de confeccionar diálogos aparentemente intrascendentes sobre el papel, pero que, unidos a la puesta en escena y al trabajo con los actores, aporten la información necesaria sobre la historia y los personajes. Es decir, debe pensar en el conjunto de la escena. Si a un mal guión, le unes unas interpretaciones enfáticas, el desastre está garantizado. Broderick Crawford ya tenía una clara tendencia al exceso en la primera versión, a pesar de lo cual o gracias a lo cual ganó el Oscar, pero lo de Sean Penn es de vergüenza ajena. Imaginen ustedes a Eugenio interpretado por Chiquito de la Calzada para hacerse una idea de la adecuación del actor al papel. Para empezar, se trata de un gravísimo error de casting, no basta con coger a cualquier actor, por bueno que sea, ponerle una barriga de pega y un peinado absurdo para que parezca un paleto del Sur. Desde luego, lo que sí parece Sean Penn gracias a su desorbitada interpretación y a sus aspavientos, es un payaso universal. Vamos, con unos zapatones y una nariz roja habría dado el pego como el hermano tonto de los Tonetti. Lo peor es que eso acaba afectando sin remedio a la credibilidad del resto del filme. Por ejemplo, ¿cómo creer que gente inteligente como la que interpretan Jude Law y Patricia Clarkson acaben subyugados por la “arrebatadora” personalidad de ese aspirante a gobernador, que más bien parece el tonto de Cruz y Raya (imposible adivinar quién de los dos es) imitando a Manuel Fraga o a Jesús Gil? Bueno, los verdaderos tampoco engañaban a nadie y, aún así, consiguieron ser elegidos para puestos de responsabilidad política, pero es que la realidad suele superar muchas veces a la ficción, sobre todo cuando la ficción es tan pobre como en este caso.

Por otra parte, el único sentido que puede tener afrontar la versión de una película de finales de los 40’, ambientada en la época de la depresión, los años 30’, es actualizarla y modernizarla. En vez de ello, la ambientan en los años 50’ y utilizan formas cinematográficas desfasadas; eso, en el mejor de los casos; en el peor, asistimos a un recital de efectismos difíciles de digerir. Nada que ver, por ejemplo, con la gracia y la sencillez con la que Tim Robbins afrontó la misma problemática en “Ciudadano Bob Roberts” (1992).

Steven Zaillian es un guionista que goza de un cierto prestigio gracias, sobre todo, a haber conseguido el Oscar con la magistral “La lista de Schindler” (Steven Spielberg, 1993), así como por su trabajo en las magníficas “Gangs of New of New York” (Martín Scorsese, 2002) y “Misión: Imposible” (Brian de Palma, 1996). Como director, tuvo un prometedor debut con “En busca de Bobby Fisher” (1993), pero vista la simple corrección de “Acción civil” (1998) y este inútil remake, su crédito está ya más bajo que el de la clase política marbellí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Logra ud. Deckard, lo contrario a una de las labores sociales de este blog, que era: avisarnos por si ibamos a ir a verla, de lo que nos ibamos a encontrar.
Bueno, despues de leerle, estoy deseando ir a verla! Queremos a ver a Chiquito imitando a Eugenio! Es que tan mal lo pone, que hay que verla, esta hay que verla!

DECKARD dijo...

Pues vaya a verla, allá usted.