13 marzo, 2007

O EL POZO ES MUY PROFUNDO O LA PIEDRA CAE MUY DESPACIO: "INLAND EMPIRE" (DAVID LYNCH)

He decidido titular la crítica con una de mis frases favoritas de “Alicia en el país de las Maravillas” porque, como muy bien subrayaba Quim Casas en su estupenda reseña aparecida en el “Dirigido por...” de este mes, esta es una referencia muy presente en el filme de Lynch. Al igual que el excepcional díptico de Lewis Carroll, “Inland Empire”, está plagada de extraños personajes secundarios que acompañan a una enorme Laura Dern en su viaje y pronuncian enigmáticas frases que más que guiar a la protagonista (y de paso al espectador) contribuyen a desorientarla todavía más (y de paso al espectador). Así, hasta el espectador más lúcido acaba cayendo en una profunda confusión entre los distintos niveles de representación de la realidad, los sueños, las pesadillas, la ficción y la metaficción (hay un autoguiño muy gracioso en el personaje del ayudante de dirección interpretado Harry Dean Stanton, que sablea continuamente a los actores como ha tenido que hacer el mismo Lynch para poder producir la película).


La historia comienza cuando la actriz interpretada por Laura Dern (que en un giro típico de Lynch representará a dos personajes, Nikki Grace y Susan Blue) consigue el papel protagonista en el remake de un film maldito (no llegó a terminarse porque sus dos protagonistas murieron asesinados mientras rodaban, ¡!) basado, a su vez, en un cuento gitano de origen polaco (sic). Bueno, antes aparece una chica llorando mientras observa los granos de un televisor sin señal, una telecomedia con risas enlatadas incluidas sobre lo que parece una familia de conejos interpretada por actores disfrazados (luego he sabido que se trata de una serie llamada lógicamente “Rabbits” aparecida en la web de pago del director y que representa a los personajes de “Mulholland Drive”, ¡¡!!) y una mujer con acento de Europa del Este que le cuenta una extraña historia a Laura Dern sobre un niño que pasó frente a su casa, pero es por ir simplificando. A partir de una simple lectura del guión en la que vemos que Laura Dern-Nikki Grace llora sinceramente emocionada, dando a entender que conecta de una forma muy emocional con el personaje, todo lo que entendemos como real empieza a desmoronarse en un progresivo viaje hacia la locura, el horror y la muerte. En esa especie de pesadilla, que parece extraída de la mente de una actriz obsesionada con el personaje que le ha tocado interpretar, se entremezclan (o así lo entendí yo) escenas del filme que están rodando, del filme maldito nunca terminado y del cuento polaco (en esa parte los actores hablan en polaco y van de época, no es broma). Todo ello está jalonado por la ya clásica iconografía del director a base de cortinas rojas, que representan el paso a otro nivel de percepción o el cambio de punto de vista, escaleras que suben y bajan, luces estroboscópicas (memorable el número musical improvisado con el “Do the locomotion” de fondo) y esos juegos con los sonidos graves o estridentes, según los casos, y la música tan característicos. Eché en falta al enano bailarín. Decir que “Inland Empire” es surrealista (calificativo que hasta ahora se ha usado muy acertadamente para definir el estilo del director de “Twin Peaks”) sería quedarse corto. La estructura de la película, por aventurar una interpretación tan disparatada como ella misma, es como la de una cebolla cubista. Es decir, no se trata solo de ir retirando capas hasta llegar al núcleo del asunto, sino que cada una de esas capas invade a su vez el espacio de las anteriores. Es muy importante tener presente que Lynch es un pintor de vocación que nunca ha abandonado esa faceta, pero que decidió dedicarse al cine ante las limitaciones que la pintura ofrecía para representar las imágenes en movimiento que surgían de su cabeza. La mejor definición que he oído nunca sobre David Lynch se la debemos a uno de sus actores fetiche, el inquietante Kyle McLaghlan. En los extras de “Terciopelo Azul” dice que el director de Montana es alguien que confía ciegamente en su subconsciente; si una idea surge de esa parte de su mente es que es buena. Confía, a su vez, en que los seres humanos están conectados por el inconsciente colectivo y, por tanto, en que esas imágenes les afectarán de la misma forma que a él. Vale, es mucho confiar, de ahí la naturaleza irregular y, por qué no decirlo, algo pretenciosa de su cine. De ahí, también, que genere grandes adhesiones y grandes aversiones.



Yo me siento más cerca de los fans incondicionales que de aquellos que le odian sin remedio o que solo le aprecian cuando dirige films más “convencionales” como “El hombre elefante” o “The straight story”. A mí me encantan esos dos filmes, pero también “Terciopelo azul”, “Corazón salvaje”, “Mulholand drive”, “Dune” y todo lo que he podido ver de la serie “Twin Peaks”. La película que para mí marcó un punto de inflexión en la carrera del cineasta fue “Carretera perdida”. Hasta entonces, Lynch había realizado filmes muy extraños, pero que seguían una cierta lógica lineal y tenían una fluidez que resultaba (y resulta) fascinante. En aquel filme inaugural daba un paso hacia delante al fracturar el tiempo y el espacio, la realidad y la ficción, de forma que exigía una mayor participación (esfuerzo) por parte del espectador para seguir lo que acontecía ante sus perplejos ojos. He de reconocer que, a pesar de que posee una de mis Bandas Sonoras preferidas y algún momento fascinante, se me atragantó y todavía no la he revisado. "Inland Empire" no es más que un nuevo y desafiante paso en ese progresivo camino hacia la abstracción. Afrontada con el sentido del humor que te da el conocimiento previo de los antecedentes de su director, es ciertamente graciosa, fascinante y escalofriante en muchos momentos, pero en otros te invade tal sensación de desorientación que el esfuerzo por recuperar el hilo de la narración puede ser titánico; sobre todo, a las cinco de la tarde. A un español no se le hace eso. Hacia la mitad del metraje tuve que luchar contra una incipiente cabezadita y creo que llegué a perderme algo. Quizá sabedor de lo difícil que es llegar al final del camino después de tres horas, David Lynch cierra el filme con un festivo número musical al ritmo de un enérgico temazo interpretado por Nina Simone.


Un inciso: hay quien ha hecho interpretaciones muy sesudas sobre la utilización del formato digital, pero yo creo que se debe más a una necesidad logística que a otra cosa. No creo que el discurso de la película hubiera variado mucho de haberse rodado en 35 mm. Rodar sin un guión cerrado y al ritmo de las ideas de David Lynch tenía unas exigencias que solo la comodidad de rodar en digital y con unos actores y colaboradores amigos (y vecinos) podía satisfacer. Eso sí, exprime las posibilidades del formato al máximo en cuanto a la manipulación de la imagen que permite. Se puede decir que estamos ante un filme experimental casero realizado con un reparto francamente espectacular. Atiendan, si no, a la lista de intérpretes que intervienen de forma más o menos destacada en el filme: Laura Dern, Jeremy Irons, Justin Theroux, Harry Dean Stanton, Diane Ladd, Julia Ormond, William H. Macy, Mary Steenburgen, Naomi Watts (poniendo voz a la mamá conejo) o un reaparecido Michael Paré.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso de las capas de la cebolla te ha quedado muy Shrek. Por lo demás, sí que tengo ganas de verla. hay un momento para toda pelicula, hay un momento en el que te apetece ver esto, aunque eso sí, hay que esperarlo, por lo menos esta noche no. A mi me gustó mucho Mulholland, esta a medio camino entre lo "convencional" y lo "abstracto".

Un saludillo, queda pdte. la lista de chicos allen, queremos que trabaje hasta morir.

Roski dijo...

Buenoooo...

No digo que no la vea (que a mi Mullholand Drive me gustó mucho), pero tres horas se me harían largas aunque salieran monos haciendo malabares (la cosa más divertida del mundo, como todos saben)

Y Michael Paré ¿Está vivo?

Que haga la segunda parte de Calles de Fuego, ¡por Dios!

Saludos.

Anónimo dijo...

Un coñazo de película. Mulholland Drive emocionaba, pero Inland Empire... Yo también eché cabezadas. Y eran de aburrimiento

DECKARD dijo...

Chewie: es cierto, hay que estar de un humor especial para enfrentarse a tres horas de locura.

En cuanto a lo de trabajar hasta morir, estoy en ello.

Roski: tiene que verla porque seguro que Los Simpson hacen una parodia algún día. La cosa se presta a ello. Da para uno de esos maravillosos episodios especiales de Halloween.

Sí, parece que está vivo, pero solo parece, dadas las características de la peli. Yo creo que no le veía desde su aparición estelar en "Las virgenes suicidas" haciendo de Josh Hartnett adulto. Me acuerdo porque volví a verla hace poco.

Un saludo a ambos!

DECKARD dijo...

Selma: anda, ha entrado su comment antes de que yo terminara de escribir el mío. ¿Por qué será?

No voy a defender "Inland Empire" porque entiendo perfectamente que no guste y a mí mismo se me hizo cuesta arriba en muchos momentos. Pero sí creo que es justo reconocer el talento inigualable de David Lynch y la entrañable complicidad de los actores.

Un saludito!

Carles Rull dijo...

Confieso que "Inland Empire" la veré cuando aparezca en DVD, porque tendré que verla tranquilo y con calma. Es un "Lynch" en estado puro, y esto no es nada fácil de digerir (afortunadamente, o no!).

Un abrazo !

DECKARD dijo...

Cineahora: desde luego, no es una película fácil ni para los´fans más incondicionales de Lynch. Creo que, si veo "Carretera perdida" ahora, me parecerá como de Disney.

"Inland Empire" es el canon según el cual a partir de ahora se catalogará una peli como rara. Cuando le digas a alguien que cualquier peli te ha parecido muy rara, te preguntará: "pero ¿más o menos rara que 'Inland Empire'?" Y tú diras: "no hay nada más raro en el mundo que 'Inland Empire', salvo quizá esos tipos que deciden voluntariamente no practicar sexo".

Un abrazo!

señor austin powers dijo...

A mi me gusto y con el tiempo más. Leyendo y reflexionando le he encontrado la lógica, aunqu ehay partes de "sinsentido" que creo que no deben ser entendidas. Lynch es un genio, los que prefieren ñoñerías como "Una historia verdadera" están muy lejos de su obra. Me algero que la fin hayas tenido acceso a ella. Saludos

DECKARD dijo...

Señor Austin: no sea malo, que a mí también me gustó "Una historia verdadera", pero entiendo que para llegar verdaderamente a conocer a Lynch hay que ver otras cosas.

Un saludo!

Anónimo dijo...

Pues al final no la puedo ver porque aparte de que tendría que ir solo, la dan a las tantas y con esas 3 horas k dura... me da pena sí, pero... Yo también me tragé todos los extras de Terciopelo azul (y de todas las ediciones especiales k me cojo) :P, magnífica película. Ardo en deseos de ver El hombre elefante, Corazón salvaje, Dune y la primera temporada de Twin Peaks... grande Lynch!!

Saludos!!

Anónimo dijo...

Ah! Y Carretera perdida y Cabeza borradora, qué despiste!