21 mayo, 2007

EL LADO OSCURO DEL SUPERHÉROE: "SPIDERMAN 3" (Sam Raimi)


La verdad es que acudí a verla con la mosca detrás de la oreja, dada la profusión de críticas y de comentarios negativos de amigos y profesionales. Pero la verdad es que no encontré grandes diferencias entre ésta y las dos primeras partes, salvo una mayor extensión debida a la acumulación excesiva de tramas y villanos. La primera parte se ganó mis simpatías gracias a una estupenda presentación de personajes y a una serie de buenas situaciones que explotaban a partes iguales la comicidad y el dramatismo que conllevaba el descubrimiento por parte de un adolescente de sus nuevos superpoderes. Sin embargo, unas pobres y demasiado rígidas escenas de acción impidieron que la operación saliera redonda; algo que pudo deberse a los cambios que se vieron obligados a hacer tras los atentados del 11-S. En todo caso, eso no disculpa la falta de expresividad y el olor a plasticazo del atuendo del Duende Verde, que convertía las luchas y los diálogos entre éste y Spiderman en un risible remedo de los “Power Rangers”. La segunda parte mantenía las virtudes de la primera y corregía los defectos que antes señalaba con un villano mucho más expresivo en las escenas de acción, el Doctor Octopus, y potenciando la sensación de que Peter Parker se encontraba tras la máscara de Spiderman con alguna escena de acción (la del tren descontrolado, por ejemplo) en la que acababa desprovisto de esa parte de su atuendo. Si la primera parte trataba sobre la toma de responsabilidad que conllevaba un nuevo poder adquirido, la segunda se centraba en las dificultades para compaginar la vida cotidiana con las funciones propias de un defensor de la humanidad. De ahí nacía la comicidad y el conflicto del personaje, que se veía obligado a elegir entre dos formas de vida difícilmente compatibles, en la que es una de las mejores representaciones en pantalla grande del mundo de los superhéroes.



El primer acierto de la tercera parte consiste en que desde el principio se hace patente que esas dificultades a las que antes me refería han acabado minando la relación entre Mary Jane y Peter Parker. Recordemos que al final de la segunda parte acababan juntos tras quedar revelada la identidad secreta de Spiderman. Existe, por lo tanto, una lógica correlación de acontecimientos muy de agradecer en este tipo de sagas. Esa misma continuidad existe en relación al mejor amigo del protagonista, heredero del malévolo legado de su oscuro padre. Sam Raimi y su principal guionista, Alvin Sargent, podrían haberse conformado con la resolución de los varios conflictos planteados hasta ahora, pero con vistas a dotar de una mayor densidad al relato, han preferido dar una nueva vuelta de tuerca al personaje y a la historia. Así, cuando pensábamos que nuestro héroe había alcanzado una cierta estabilidad emocional junto al amor de su vida, veremos como, llevado por el orgullo (¿reminiscencias de “Star Wars: Episodio III”?) de haberse convertido en el héroe de la ciudad, va dejando de lado su vida íntima mientras se vanagloria de la fama adquirida como Spiderman. Éste es uno de los aspectos que más ha cabreado a los fans de los cómics, ya que no ven creíble ese giro en el carácter de Peter Parker. Es posible que, viendo que no había otra forma mejor de seguir sacándole cierto partido dramático al personaje, hayan renunciado a la lógica a favor de un nuevo conflicto de cuya resolución el héroe extraerá una necesaria lección de humildad que tiene mucho que ver con la situación de EE.UU. frente al mundo en estos momentos. Para hacer más “creíble” (valga la ironía) la transformación del personaje introducen en escena a un extraño ente extraterrestre (llega a la Tierra dentro de una especie de meteorito) que se adhiere al cuerpo cual parásito y tiene la capacidad de sacar a la superficie el lado más oscuro de su portador. Los momentos en los que Peter Parker aparece transformado en un esnob engreído y, definitivamente, gilipollas han sido muy criticados, pero debo reconocer que a mí me parecieron de lo más divertido de la cinta.



Se nota que Sam Raimi cada vez se encuentra más suelto en ese aspecto y ,sin esa vía de escape, el dramatismo que embadurna muchas partes del film habría sido difícilmente digerible. Por otro lado, cuando creíamos que el asesinato del tío Ben estaba resuelto, aquí se retoma de una forma excesivamente rebuscada, respecto a lo cual no deseo revelar más de la cuenta. Solo diré que esa me parece la parte más insostenible del film, unida a toda la historia de Sandman (Hombre de Arena, Thomas Haden Church), que no es ni bueno ni malo, sino todo lo contrario. Que un villano resulte visualmente atractivo no es motivo suficiente para integrarlo en la historia. Paradójicamente, Venom (Topher Grace), un villano impuesto por los productores para contentar a los fans ochenteros del cómic, encuentra un mejor acomodo en el conjunto. En todo caso, la escena de lucha más espectacular es la que enfrenta al principio a Peter Parker (Tobey Maguire) y a su amigo-enemigo Harry Osborn (James Franco). Se trata de una vertiginosa y trepidante montaña rusa llena del virtuosismo visual que se espera de un film de estas características, el resultado final de muchos años perfeccionando la fluidez de movimientos de los personajes digitales. En cuanto a la aportación femenina al reparto no se puede pedir más, Kirsten Dunst (Mary Jane Watson) y Bryce Dallas Howard (Gwen Stacy) exhiben belleza a raudales, aunque sus personajes, sobre todo el de la segunda, no sean más que satélites del protagonista, simples motores del drama.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que lo que mosquea no es que cuando se pone el traje negro sea esnob y gilipollas, si no que sea esnob y gilipollas cuando no lo lleva. Es raro que en una peli de Spidey no salga Peter Parker xq ese no era. Hay trajes que pueden cambiar de huéspedes, pero Spidey es Peter, Peter es más grande que Spidey, con este superhéroe muy especial eso no puede ser. Sam Raimi lo sabe, por eso me sorprende negativamente. Por otra parte a ver si se crea la plataforma para que los personajes no evolucionen durante la película, igual que a ver si creamos la de que U2 dejen ya de tocar Mysterious Ways en directo, que de verdad, que no hacia falta que se nos contase esta evolución del personaje, no se tenia que haber molestado. En síntesis Peter es tonto del culo al principio y al final es una persona normal, y con eso el personaje ya "crece". la cosa tiene su aquel teniendo en cuenta que uno de los ingredientes magicos que hicieron grande a la Marvel era lo siguiente, Stan Lee decía que los personajes debían ser distintos al final de cada historia. En DC Cómics los personajes terminaban la aventura y volvían al principio, al mismo punto en el que habían empezado. En Marvel la aventura debía hacer que el personaje no volviese a ser nunca igual. Con estas evoluciones de personajes que aparecen en la película la Marvel no hubiese sido lo que es, la que se nos muestra en pantalla es poco profunda y la verdad que hasta un poco ridícula. Vamos a perdonar hasta lo del tío Ben y todo por esta vez y para que no se nos llame frikis o puristas y ya dicho sea de paso, aprovecho para hacer una reivindicación en ese sentido, que ya toca, la calidad del tebeo de Lee-Ditko-Romita no solo lo aleja de otro buen puñado de cómics del genero, si no también de la relación con el frikismo.

BUDOKAN dijo...

Creo que este film es de tono irregular. Una suerte de transición, pero no sabemos hacia donde. Coincido que por momentos es rebuscada y hasta se queda en algunas partes. Saludos!

DECKARD dijo...

Chewie: lo peor es que hay muchos detalles que podrían haber trabajado más en el guión. Por ejemplo, (spoiler) la manera en la que Harry Osborn descubre que en realidad su padre murió víctima de su propio deslizador es de lo más forzado que he visto en mi vida. Creo que se inventan al personaje del mayordomo solo para eso (fin del spoiler).

Budokan: es un poco lo que decíamos. Han conseguido mejorar todos los aspectos técnicos, pero se han olvidado de hacer lo mismo con el guión. En vez de meter tantas cosas, se tendrían que haber preocupado de contar bien algo.

Saludos!