Como últimamente se me han acumulado unas cuantas películas que he visto, pero no he tenido tiempo de reseñar, me he inventado esta nueva, aunque nada original, sección. Voy a hacer un ejercicio de concisión semejante al de esos divertidos dibujitos que circulan por la red en los que se resumen clásicos del cine en 30 segundos. Ah, he elegido esta crítica para iniciar un sistema de puntuación del 0 al 10, que someto a su aprobación. Agradecería que me señalaran si les parece útil y acertado o no. Allá voy.

El último film del director de “Se7en” resulta fascinante por la precisión y el detallismo con el que se narra de forma fluida una trama de lo más enrevesada, que transcurre a lo largo de varios años y que está plagada de datos y personajes. Es una de esas películas listas para entrar a vivir porque no le falta de nada. Es escalofriante como Fincher introduce el terror en el espectador en la magistral set-piece que abre el film. Es como el detonante de todo lo que viene a continuación y de su fuerza depende en gran parte la atención necesaria para asumir la avalancha de información posterior. El asesino plantea un irresistible desafío a los investigadores, pero estos irán asumiendo paulatinamente su incapacidad para darle forma al rompecabezas. Es muy difícil dar con alguien que deja pistas físicas falsas o engañosas, que no tenía una conexión emocional con las víctimas y del que no se podía confeccionar un perfil psicológico a partir de su modus operandi, ya que éste variaba según las circunstancias. Solo alguien dispuesto a llevar su obsesión por desentrañar el misterio hasta las últimas consecuencias, renunciando incluso al bienestar familiar, llegará a hacerse una idea aproximada de la realidad. En su camino se dará cuenta de las deficiencias del trabajo policial, no porque los policías sean unos incompetentes, todo lo contrario; sino porque necesitan un caso que puedan presentar ante un fiscal, un juez y un jurado, lo cual limita mucho sus movimientos. Si a eso le sumamos las limitaciones tecnológicas de la época (por ejemplo, se subraya el hecho de que en las comisarías de los pueblos en los que se cometieron los crímenes no tengan ni un aparato de fax), llegamos a la inquietante conclusión de que, si alguien se lo propone, puede llegar a engañar al sistema policial y judicial. Por eso no les hace mucha gracia cuando ven el estreno de “Harry, el sucio”, inspirada en el mismo caso, como no se la hizo al propio David Fincher en su infancia. Al fin y al cabo, el final de aquel, por otra parte, espléndido film de Don Siegel era bastante complaciente, ya que proporcionaba una satisfacción al espectador tras los crímenes cometidos, aunque en el fondo dejara un agrio sabor de boca. Se puede decir, por tanto, que Fincher toma el testigo donde lo dejaron los magníficos directores americanos que a finales de los 60 y en toda la década de los 70 contribuyeron a una época dorada del thriller. El director de “El club de la lucha” no homenajea, sino que revisa los cánones del género con espíritu crítico y ansias de evolución. La única pega que se le puede poner es que la seriedad y rigor de su propuesta produce admiración, pero quizá le falte emoción. Dejaré ese aspecto pendiente para una próxima revisión porque es una de esas películas que cuanto más las piensas mejores te parecen y esa fue una primera impresión de la que ya no estoy muy seguro. Me da la sensación de que la trama criminal eclipsa todo lo demás, pero hay una serie de sutiles trazos sobre las relaciones entre personajes y su vida privada dignos de una mayor atención, tal como ocurría en “Se7en”. No en vano, Fincher vuelve a dar muestras de su gran capacidad para la dirección de actores con un espléndido reparto en el que sorprende un intenso y carismático Mark Ruffalo y se recupera al canadiense Elias Koteas, al que aún recordamos por films de sus compatriotas David Cornenberg y Athom Egoyan como "Crash" o "Exótica". Menos sorprendentes resultan la solvencia de Anthony Edwards, la brillantez de Robert Downey Jr. o la credibilidad que Jake Gyllenhaal le otorga a un personaje algo freakie, su especialidad.

Ejem, al final me ha quedado más largo de lo que pretendía, el micro se ha quedado en mini y alguno hasta pensará que en macro. Esto del tamaño es tan relativo...
Puntuación: 8,5
4 comentarios:
Lo siento, pero la lectura de esta crítica la dejo para después de ver esta película, que considero imperdible ("Alien 3","Seven","El club de la lucha": un renovador de la estética del cine) y quiero saber de ella lo menos posible. Me quedo con el 8,5.
Saludos
Licantropunk, le entiendo perfectamente, yo haría lo mismo. Veo que al menos le ha sido útil la puntuación, de eso se trata.
Un saludo!
Según su critica esperaba un 9, tenia que habernos sorprendido con una critica tan elogiosa y luego haberle dado un 2, eso si que sería esperar mucho del cine. un inconformista, alguien que cree en el potencial del 7º arte, atrofiado por culpa de cosas como Spielberg, que esas cosas pasan factura.
A mi me encantan todas las de Fincher menos "Seven", incluso "Alien 3". Me ha sorprendido "Zodiac" muy gratamente y te reconcilia con los frecuentes disgustos de las salas de cine. En mi opinión es el uso del tiempo (cosa muy jodida de hacer en pantalla según Willian Goldman)y el estilo algo cool, sobrio, elegante, fino... lo que me hizo realmente estar metido en una pequeña maravilla durante un par de horas y media, en principio, y tiempo después también. Yo casi le daría un 9, pero por agravio comparativo, que mundo sería este si le pudiésemos dar como ud. un 2.
Saludos y besos, una peli así de vez en cuando es como para que quedemos y nos demos abrazos y todo.
Chewie, a lo mejor por ser la primera vez me he quedado un poco corto para no poner el listón demasiado alto. Me anoto sus puyas sobre Spielberg y Seven. No pierde usted ocasión, ¿eh?
Un saludo!
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