06 agosto, 2007

REIVINDICANDO EL PISTO: "RATATOUILLE" (Brad Bird )



Junto con la entrada, en la taquilla del cine nos hicieron entrega de una tarjeta postal con la imagen del póster de la película. Al llegar a casa, tras haberla visto, me di cuenta de que en el reverso de la tarjeta constaba la receta del ratatouille, que le da título al film, y para mi sorpresa se trata de algo muy similar a lo que en España conocemos como pisto; es decir, una serie de verduras cocinadas a fuego lento en su propio jugo. Viendo la película no me había dado cuenta porque la versión que prepara el chef ratonil es mucho más sofisticada que la versión casera que estamos acostumbrados a ver. ¿Por qué explico todo esto, aún temiendo acabar con la paciencia del lector? Pues porque creo que ahí se encuentra la clave para entender la parábola que Brad Bird nos propone y que implica un gran respeto por la tradición que no impide ofrecer al espectador algo nuevo y sorprendente. Las peripecias que esta rata llamada Remy tiene que pasar para llegar a convertirse en un gran chef, le sirven en última instancia a su autor para hacer una reivindicación de la animación como arte.



Se establece así una analogía entre dos formas de arte normalmente consideradas menores por ser imprescindible el trabajo en equipo, borrándose esa imagen romántica del artista solitario y obsesivo, y responder ambas a necesidades humanas tan primarias como la alimentación en un caso y el simple entretenimiento infantil en el otro. Así, en “Ratatouille” no se renuncia a la tradición de la casa Pixar-Disney como entertainers para toda la familia, en lo cual el autor de “El gigante de hierro” vuelve a revelarse como uno de los más brillantes en su oficio, pero a poco que se rasque en la superficie damos también con una segunda lectura, cuyo mensaje viene a ser que las muestras de talento pueden proceder a veces de los sitios más inesperados y es necesario que el buen degustador esté alerta para detectarlas. Hay, además, un llamamiento a la humildad de los críticos, que me parece muy sano y necesario; así como una diatriba contra los prejuicios generados por el esnobismo, que a veces nos lleva a valorar las cosas más por el prestigio de su procedencia que por su valor intrínseco. Brad Bird quiere que nos sintamos igual que el feroz crítico gastronómico Anton Ego (con la voz de Peter O’Toole) al probar ese ratatouille que le retrotrae a su infancia y, en mi opinión, lo ha vuelto a conseguir.



Yo, al menos, me lo pasé en grande con el magnífico partido visual, sonoro y musical (grande Michael Giacchino) que se extrae de multitud de persecuciones y situaciones cómicas y me emocioné con una historia en la que juegan un papel importante el amor, la amistad o los conflictos familiares. Eso es, al fin y al cabo, lo que importa. Y no es poco, claro que no, porque el buen entretenimiento de hoy está destinado a convertirse en el arte de mañana. Si el cine, y más el cine de animación, es el arte de las imágenes en movimiento “Ratatouille” es arte del bueno, que incluso se permite una sutil y moderna reflexión sobre su propia naturaleza. ¿Se puede pedir más?

Puntuación: 8

5 comentarios:

Dani Lebowski dijo...

A mi me ha encantado, me ha parecido una de las mejores del año. Me encanta el crítico y me asusta los niveles de perfección a los que están llegando los de Pixar.

marmotilla dijo...

Supongo que iré a verla. Y, además, es una de las pocas pelis que puedo ir a ver con mi hermanita. :)

BUDOKAN dijo...

Qué buena coincidencia porque yo también me la he pasado en grande con este magnífico film que sólo nos recuerda la grandeza de Pixar para contar historias con moraleja sin que suene que nos están adoctrinando moralmente. Saludos!

DECKARD dijo...

Dani Lebowski: me alegra que coincidamos. Tiene razón en lo de la perfección técnica. Esa primera huida con la anciana disparando detrás es espeluznante por su perfección y en general toda la película. Casi en cada plano hay alguna idea digna de mención.

Marmota: espero que su hermana no sea muy pequeña porque es una peli buena para niños pero no muy pequeños. Lo digo porque en el cine estaba rodeado de ellos y no paraban de hacer preguntas sobre cosas que no entendían. Incluso, uno de ellos se quedó grogui al poco de empezar.

Budokan, también me alegra coincidir. Lo de la moraleja es cierto.

Saludos a todos!

Licantropunk dijo...

Me había enterado de la receta del Ratatouille por el blog de elespeciero. ¿Qué tal si a la puerta del cine dieran a probar el guiso y promocionaran de paso el consumo de verduras entre los niños? Seguro que a los del Burger no les iba a gustar el asunto. O lo iban a aprovechar, claro.
Saludos