ESTRENOS MÁS DESTACADOS DE LA SEMANA

“DISTURBIA” (D.J. Caruso)

¿Por qué hay que verla? Porque sale Carrie Ann Moss, una actriz de culto por la que muchos sentimos una gran debilidad y que no se prodiga demasiado. Aparte, este es, sin duda, el año cero para Shia LaBeouf, aunque realmente todavía no ha protagonizado ninguna película que llame especialmente mi atención. Habrá que esperar la llegada de “Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull” (si es que realmente se va a llamar así, que ya no me fío de nada) para verle en un proyecto de verdadera enjundia. La etiqueta de versión teen de “La ventana indiscreta” con la que nos llega su nuevo film es un arma de doble filo. Por un lado puede resultar curioso y simpático el juego de espejos con su hitchcockiano referente, pero...

¿Qué puede fallar? ..., por otra parte, todo puede reducirse a una simple operación para sacar provecho de una buena historia que a los jóvenes que desconocen el clásico de Hitchcock les puede resultar novedosa. Desde luego, D.J. Caruso no parece muy capacitado para mantener un diálogo de tú a tú con el maestro, así que esta segunda impresión me parece la más plausible.

“LOS TESTIGOS” (André Techiné)

¿Por qué hay que verla? Por el prestigio del autor de “Los ladrones”. Porque, como dijo Claude Chabrol, Emmanuele Beart tiene una cara de ángel, pero un cuerpo para el pecado.

¿Qué puede fallar? Estéticamente, el cine de Techiné me resulta atractivo por su inmediatez naturalista y el vigor con el que mueve la cámara, pero la áspera frialdad con la que trata a los personajes me distancia de lo que ocurre en la pantalla y me acaba aburriendo.


TAMBIÉN SE PUEDEN VER... O NO

“SIN RESERVAS” (Scott Hicks). Sorprende ver el nombre del otrora prestigioso director de la insoportable “Shine” como responsable de este remake de “Deliciosa Martha” (Sandra Nettelbeck), especie de sleepper a la alemana más soso que el sushi sin salsa de soja (anda, sin tener intención, me ha salido una aliteración).

“SALIR PITANDO” (Álvaro Fernández Armero). Igualmente, no salgo de mi estupor al ver el nombre del prometedor director de “El columpio”, “Todo es mentira” o “Nada en la nevera” detrás de semejante tontería. Bueno, a veces las apariencias engañan, pero no pienso pagar para comprobarlo.