22 octubre, 2008

PLACERES (NO TAN) CULPABLES

Los anglosajones, que nos llevan muchos años de adelanto en esto del frikismo, llaman guilty pleasures, literalmente traducido: placeres culpables, a esas debilidades inconfesables que nos causan placer, aunque vayan contra nuestro criterio habitual. He observado que se trata de una práctica habitual de todo bloguero confesar algunos de estos placeres vergonzosos y, como yo no lo había hecho nunca, pues me he puesto a ello. Les ruego que sean ustedes piadosos conmigo y recuerden que está bien tener debilidades, eso nos hace humanos, lo que estaría mal sería tener solo debilidades, eso nos convertiría en débiles mentales.

UN CANTAUTOR:



Gilbert O’Sullivan

Podría haber elegido a las padres de todos los placeres culpables, ABBA, porque me gustan mucho unas cuantas de sus canciones. También podría haber mencionado a los Bee-Gees porque creo que Staying alive es una gran canción y, en general, la banda sonora de Fiebre del sábado noche me parece genial (no así la película), pero, si tengo que elegir a un cantautor estigmatizado por su fama de no apto para diabéticos, me quedo con Gilbert O’Sullivan y, particularmente, con tres de sus canciones, que para mí están entre las mejores que nadie haya compuesto jamás: Clair, Alone again, naturally y, por supuesto, What’s in a kiss. Hay quien reniega de la carrera en solitario de Paul McCartney por cursi, así que no digamos ya de quien mejor supo emular el meloso estilo del de Liverpool, pero a mí me da igual, esas tres canciones me siguen poniendo la piel de gallina y, si a mí me gustan, por algo será.





UNA PELÍCULA:



SONRISAS Y LÁGRIMAS

El placer que me produce ver una película como The Sound of Music (el menos empalagoso título original) es algo más misterioso porque, para empezar, está protagonizada por una actriz tan relamida como Julie Andrews, que me da cosica, y, para continuar, va acompañada de un grupo de abofeteables y repelentes niños. Sin embargo, el filme se acaba haciendo simpático gracias a la vigorosa realización de uno de los grandes artesanos de Hollywood, Robert Wise, así como por su clara filiación antifascista y, por qué no decirlo, gracias a un inspiradísimo grupo de canciones, entre las que destaca con luz propia My favourite things. Es imprescindible verla en versión original porque el doblaje de las canciones en la versión doblada es absolutamente delirante, especialmente en el tema Do-Re-Mi-Fa. Recuerden, si no, el incognoscible resultado:

















UNA CANTAUTORA




Julieta Venegas

No es que sea un fan incondicional de esta chica ni nada, pero, a pesar de que ese boom de lo latino del que tanto se habla me parece una plaga musical a extinguir, la exitosa cantautora mejicana me parece de lo poco salvable que se puede extraer de la etapa más oscura para la música popular juvenil que se recuerda desde que Elvis empezara a menear las caderas. Quiero que se me entienda, creo que la tradición musical sudamericana es muy rica y ha dado al mundo alguno de los más grandes compositores, músicos y cantantes del Siglo XX (Antonio Carlos Jobim, Caetano Veloso, Ernesto Lecuona, Bebo Valdés, Ibrahim Ferrer, etcetera), pero la moda que actualmente padecemos se debe a una serie de caraduras que enarbolan la bandera de lo latino, cuando no hacen más que reducirlo a una mera etiqueta comercial a base de simplificar hasta caer en la subnormalidad profunda los esquemas genéricos asentados por tan ilustres antepasados y contemporáneos. Vayamos a por Juanes, sigamos con Maná, si nos tropecemos con Bisbal y demás triunfitos, algo se llevarán, hostiemos a Luis Miguel, pateemos a Mark Anthony, violemos a Thalia, Jennifer López. y Shakira ¡A las barricadas, amigos, queremos la cabeza de Santana colgando de lo alto de un pino!

Bueno, para calmarnos de estos arrebatos verbeneros, tenemos a esta reina del pop de 37 años, que no aparenta en absoluto. Por cierto, hablando de cantautores latinos, tampoco está mal Jorge Drexler y eso sí que me duele decirlo porque es el tío que se cepilla a Leonor Watling y el futuro padre de su hijo. Abajo les dejo el vídeo de Lento, que le ha gustado hasta al mismísimo Prince, eso cuentan en el País Semanal de esta semana.


















UNA SERIE



LAS CHICAS GILMORE

Vivimos en la época dorada de la televisión. Todo el mundo habla de Los Soprano, de The Wire, de Perdidos, de A dos metros bajo tierra, de Mad Men… y yo ¡enganchado a LAS CHICAS GILMORE! Vale, la serie es un poco piji-ñoña a veces, pero posee unos diálogos tan ingeniosos que para mí resulta absolutamente irresistible. Se puede decir que es una versión algo dulcificada de la mítica Doctor en Alaska por aquello del pueblo idílico plagado de personajes excéntricos, pero posee casi tanto encanto como aquella. Además, la pareja madre-hija que forman Lorelai (Lauren Graham) y Rory Gilmore (Alexis Bledel) genera un conflicto en el espectador que se repite episodio tras episodio: tratar de dilucidar cuál de las dos está más buena; si (me) tengo que mojar me quedo con la madre, es la mujer del mundo a la que mejor le sientan los vaqueros (hay 7 temporadas completas que lo prueban, si es que consideran algo exagerada esta afirmación). Es lamentable, lo sé, estoy enamorado (otra vez) de un personaje de ficción, lo cual resulta todavía más irreal que estar enamorado de una actriz, pero es así, personaje y físico ya me resultan indisolubles. Hay un detalle que ya me hizo caer definitivamente rendido a sus pies: que se declare musicalmente anglófila, que sea fan de The Clash o de The Smiths, que sea capaz de soltar frases en tono despectivo como “eso suena demasiado americano” y que haya sido capaz de inculcarle tan sabias enseñanzas a su hija, lo cual (ay) contrasta con la banda sonora folky-light de la serie, el punto más flojo de la misma junto al insoportable careto post-rebelde-sin-causa de ese héroe de pacotilla llamado Millo Ventimiglia. Bueno, hasta eso tiene gracia, nos reímos de él. Tengo que reconocer que yo la empecé a ver a regañadientes y por la insistencia de mi chica, pero ahora se lo agradezco.

7 comentarios:

ramelot dijo...

Esto ha sido toda una demostración de valentía XDDDD. Saludos!

Licantropunk dijo...

Coincido en el gusto por Julieta Venegas y las chicas Guilmore: no me parecen inconfesables en absoluto. Mucho nivel.
Los otros dos: sí. En mi caso sería un placer masoquista más que inconfesable. Aunque la versión de John Coltrane de "My favorite things"... un placer absoluto.
Su foto figura a la puerta del DA2 debajo de un "Wanted". A un amigo que iba conmigo le echaron la bronca por tocar una mesa de mezclas: si es que van provocando.
Saludos.

Anónimo dijo...

Gracias sr. Deckard por venir al santo confesonario bloguero a dar cuenta de sus débilidade.
¡¡¡Voto a bríos, como se atreve un replicante de pro a confesar tales atrocidades!!!.....¡Merece ser abandonado al olvido espacial para expiar sus culpas¡
¡Hombre de dios, arrástrese por los suelos y pida humildemente perdon¡

¡Ale, no le volveré a dirigir la vista hasta que no rectifique¡

(Es broma: Un abrazote.)

DECKARD dijo...

Ramelot, me he expuesto bastante, ¿no?.

Licantropunk, buf, la versión de John Coltrane es gloria bendita, pero en otro nivel tampoco estaba mal la versión de Diana Ross & The Supremes o la que cantaba a capela Björk en Dancer in the dark.

Anro, vaya susto, menos mal que son ustedes gente tolerante.

Saludos a todos!

Anónimo dijo...

A mí lo de "Las chicas Gilmore" no me parece ningún "placer culpable". Tiene unos diálogos geniales (repletos de referencias para todos los gustos) y cada capítulo se pasa en un plis. Sí que es ñoña, pero tampoco podía ser perfecta xD. Lo único que nos pueden llamar si reconocemos que nos gusta serie es gays, y ya ves tú...

A mí me pasa algo parecido que a tí con la Julieta esta (que me cae gorda). En mi caso son dos los pibones sudamericanos ( ya las has citado tú): Shakira y Thalia. Me volvían loco, más que nada por su físico. Creía que su música también me gustaba, pero ahora sé que NO. xD.

Creo que no tengo nada más que decir... ah, si. No soporto Sonrisas y lágrimas xD, sobre todo porque de pequeños tuvimos que representar la cancioncita de Do Re Mi en el teatro de la escuela y fue algo traumático xD.

Saludos!

Doctor Tofu dijo...

Para mi Las chicas Gilmore fueron un descubrimiento. Yo, que tengo un talento innato para ignorar lo obvio, tuve que pasearme varias veces por Stars Hollow (se llama asi el pueblo?) hasta caer rendido a la locuacidad de sus protagonistas.

Los diálogos son artificiales, relamidos y a menudo con retazos cripticos de una cultura que me resulta ajena, y a pesar de ello embaucan, atrapan e inspiran.


Me alegra que mas gente las haya disfrutado, un saludo

Anónimo dijo...

Me encantan Las Chicas Gilmore. Pero sobre todo que no salga de aquí... tengo un blog dedicado al cine de terror... imaginad que sucedería con la poca reputación que me haya podido labrar hasta el momento!!!
Ja, ja...
Muy buen post y excelente blog.
Enhorabuena y saludos