REPASO CINEMATOGRÁFICO DEL 2010

Creo que ya va siendo hora de hablar un poco de la actualidad cinematográfica en este blog. Ese era mi objetivo principal cuando empecé, pero lo tenía un poco abandonado. Con este artículo inicio una serie de críticas que irán de lo peor a lo mejor que he visto entre las películas estrenadas este año en España. Las pelis que más cosica me han dado, de momento, han sido estas.

OPORTUNISMO + DEMAGOGIA= UP IN THE AIR (JASON REITMAN)

Tengo que reconocer que el anterior trabajo de su director, Juno, pese a cierta tendencia a la blandenguería, me pareció un encantador retrato de una adolescente (estupenda Ellen Page) que ve como se precipita su paso hacia la edad adulta cuando se queda embarazada "accidentalmente". Sin embargo, Up In The Air desprende tal tufillo a cine social para todos los públicos que solo un excelente George Clooney consigue hacérnoslo olvidar a ratos. Con pocos recursos cinematográficos (y no me refiero al presupuesto) la película nos narra el proceso de concienciación de un feroz ejecutivo cuyo trabajo consiste en despedir a la gente. Como no, se dará cuenta de que vive una gran mentira que le ha convertido en un cínico y le ha alejado de su familia. Es más previsible que ver a un fontanero llamar a la puerta de una bella y nada recatada señorita en una peli porno. Incluso cuando introducen cierto giro argumental, que no desvelaré, éste resulta tan tramposo que pierde toda su eficacia y no hace más que ahondar en una sensación de tomadura de pelo que va calando hondo en el espectador hasta desembocar en una parte final ciertamente lamentable. Lo mejor: los títulos de crédito iniciales al ritmo de ese temazo de Sharon Jones & The Dap-Kings llamado This Land Is Your Land. Pero para eso no hace falta ir al cine, lo pueden ver aquí (un consejo: dejen que se cargue bien el vídeo antes de verlo).

VERDE, QUE TE QUIERO VERDE: GREEN ZONE (Paul Greengrass)

Muchos consideran la carrera de Paul Greengrass un soplo de aire fresco dentro del cine de acción moderno y es cierto que su cine contrasta para bien con esos blanditos productos a lo Michael Bay que invaden las pantallas de todo el mundo como una plaga. Es de agradecer esa vuelta a la acción física en la que no se abusa de los efectos digitales. El problema del director de United 93 es lo limitado de su fórmula. ¿Por qué hablo de fórmula y no de estilo? Porque Greengrass lo único que hace es aplicar las formas aprendidas de la tradición realista y documentalista británica al cine comercial. Eso sí, cayendo en los mismos errores que gente como Tony Scott o el mismísimo Christopher Nolan (éste al menos tiene otras muchas virtudes): un montaje demasiado corto y unos planos demasiado cerrados que impiden al espectador seguir adecuadamente lo que está sucediendo en la pantalla y, por lo tanto, emocionarse con ello. Al menos, yo prefiero la emoción cinematográfica que me provoca una escena de acción perfectamente coreografiada y planificada. En todo caso, esa forma de rodar ruda y directa pudo impactar en un primer momento, pero cuando careces de un verdadero estilo narrativo tu cine corre el peligro de acabar pareciendo formulario. Si encima tienes entre manos un argumento tan "sorprendente" como descubrir a estas alturas que no había armas de destrucción masiva en Irak y al mismo actor de la saga Bourne, la sensación de dejà vu es tan fuerte que te preguntas porqué se llegó a hacer esta película. Bueno, claro, para seguir explotando el filón de la saga Bourne. Pues ya está bien, al final el cine de Greengrass ha acabado siendo una nueva plaga a extinguir. Bueno, seamos malos: ¿no lo era ya desde el principio? A mí la primera parte de las aventuras de Jason Bourne, dirigida por el mucho menos reputado Doug Liman, me sigue pareciendo la mejor de todas.