Dejemos por unos momentos la actualidad y remontémonos al año 1968. Unos Rolling Stones en plenitud de facultades (salvo un ido Brian Jones consumido por las drogas) deciden irse a París y, acompañados de unos cuantos amigos, montar un improvisado circo musical. En tan solo un día, con su larga noche y su madrugada, graban este show televisivo junto a Jethro Tull, The Who, Marianne Faithfull, Taj Mahal y una “superbanda” llamada The Dirty Mac (¿bromita dirigida a Paul McCartney?) y compuesta por Eric Clapton, Keith Richards y John Lennon, a la que en el segundo e interminable tema se unen un virtuoso violinista francés (¡!) y la inefable Yoko Ono. Les aseguro que, cuando ésta última aparece sobre un escenario, la diversión y el bochorno están garantizados. No hay más que verla salir de una enorme bolsa negra tirada en el suelo para, a paso siguiente, empezar a deleitarnos con esos alaridos suyos tan característicos. Según relatan los realizadores del evento en los divertidos comentarios incluidos en el DVD, los cámaras franceses lo fliparon cuando vieron que la bolsa se movía y empezaba a entorpecer su trabajo. Pero lo más hilarante es ver los gestos del violinista francés mientras se disputa el micrófono con la fierecilla, a la vez que el resto de la banda sigue a lo suyo alargando el tema hasta la exasperación. Me-mo-ra-ble.
Otro momento para el recuerdo, en este caso positivo, es la actuación de unos pletóricos The Who arrastrados por la energía imparable de Keith Moon a la batería y de Pete Townshend, haciendo honor a su apelativo de “flying guitar” con sus movimientos de brazo en aspa y sus saltos. En los mismos comentarios a los que me refería antes, cuentan que los Who eran los reyes de la fiesta, no había quien les ganara a la hora de beber, drogarse y aguantar hasta altas horas de la madrugada sin desfallecer. Prueba de ello es que al final de la actuación de los Stones, que terminó de rodarse alrededor de las 6 de la mañana, aparece Pete Townshend con un divertido sombrero hecho con un cojín saltando y balanceándose al son de la música. Algunos primeros planos de las caras en ese momento son dramáticos, especialmente los de Brian Jones con la mirada totalmente perdida y los de un agotado Charlie Watts que apenas acierta a mantener los ojos abiertos. El valor de esas imágenes como documento de una época en la que las drogas todavía se consumían con inocencia es impagable.
Tampoco está mal la actuación de una dulce Marianne Faithfull, nada que ver con su actual aspecto endurecido por las drogas y la vida, pero la palma en el aspecto musical se la llevan, sin lugar a dudas, los Stones con una versión casi al final de “Simpathy for the devil” en la que Mick Jagger deja constancia para la leyenda de su enorme carisma y de que es, probablemente, el mejor front-man de la historia del rock.
La verdad es que empecé a verlo con ese miedo que produce ver a algunos de tus ídolos haciendo un ridículo espantoso, dada la colección de comentarios negativos que atesora este documento y lo que tardó en ver la luz, pero al final pasé un rato entre divertido y fascinado gracias a algunas imágenes míticas e irrepetibles: como la de Mick Jagger y John Lennon improvisando una parodia de entrevista o la de éste mismo aplaudiendo y bailando al ritmo de la música de sus amigos. Tampoco tiene precio ver a Keith Richards presentando a los Who con ese aspecto de personaje dickensiano fumando un enorme puro. Además, creo que esa atmósfera cutre y surrealista creada a partir de la reunión de unos amigos, incluyendo las risibles actuaciones circenses, capta a la perfección el espíritu del rock de la época, antes de que los expertos en markéting tomaran las riendas del asunto.
2 comentarios:
la verdad es que aunque lo he visto, no se demasiado de aquella historia, creo recordar que en alguna parte oí decir a jagger que los stones no habían estado a la altura y que estaban muy cansados, y a keith que valoraba más aquello ahora, estaba junto a lennon y tal, y bueno, da que pensar, porque si esto es lo que hacen los Stones cansados y exos una mierda.. uff, madre mía! no lo pueden hacer mal ni aunque quieran, vale que se les vea un poco eso, cansados, y a brian ido, pero es que la actuación sigue siendo fantastica, es increible, la lección es que los grupos en estado de gracia es mejor que graben y hagan todo lo que puedan entonces, hasta en el peor momento de ese buen momento saldran cosas estupendas, y para algunos grupos, irrepetibles. no tanto en el caso de los stones...
Yo lo vi hace unos años (¡en pantalla grande!) en un centro comunista-lúdico de Pisa (no pregunteis por qué, hay cosas que es mejor no saber).
Me quedo con la actuación de Yoko y con la cara de Eric Clapton ("¿pero que coño estoy haciendo aquí con ese papagayo?")
Calculo que habría ríos de anfetaminas en ese estudio (aunque el LSD estaba llegando con fuerza a Inglaterra por esa época)
Saludos.
Publicar un comentario