05 marzo, 2007

JUEGUECILLOS SECRETOS: "LITTLE CHILDREN" (TODD FIELD)

Hoy inicio una serie de breves comentarios de las películas que he visto últimamente y que se me han ido quedando en la recámara. Aviso, cuento partes del final porque me parece importante para explicar mi valoración del filme.



La mejor definición que se podía hacer sobre “Little children” ya la ha hecho Sergi Sánchez en las páginas de Fotogramas: “Intenta ser Todd Solondtz y se queda en Sam Mendes”. Es decir, Todd Field intenta hacer “Happiness” y se queda en “American Beauty”. Bueno, en mi opinión no llega ni a eso porque, al menos, aquella contaba con una magistral interpretación de Kevin Spacey y una gran fotografía de Conrad L. Hall. Además, se puede decir que fue una pionera, ya que su éxito dio inicio a una moda de películas sobre las insatisfacciones y crisis de los habitantes de las aparentemente paradisiacas zonas residenciales norteamericanas. Moda que también ha llegado a la televisión, ver “Mujeres desesperadas”. Ese es quizá el primer problema de “Little children”, la sensación de ya visto que embarga al espectador. Y eso que el inicio es prometedor, con ese tono como de cuento y esa fascinante escena del beso en el parque que propicia todo lo que viene a continuación, pero la suavidad con la que se retrata a los personajes acaba inclinando la balanza hacia la indiferencia. Luego está esa manía, muy a lo “Crash” (la de Haggis, no la de Cronenberg), de proporcionar una oportunidad para la redención a los personajes más controvertidos de la función. Abel Ferrara o Paul Schrader podrían haberles dado un par de lecciones sobre personajes realmente difíciles de redimir, que vean, si no, “Bad Lieutenant”, “The funeral”, “American Gigoló” o “Posibilidad de escape”. En el fondo, Todd Field y Tom Perrotta (autores del guión) se cuidan de que la sangre no llegue al río a la hora de retratar a su fascista de "chichinabo" interpretado con eficacia por Noah Emmerich y a su psicópata sexual light (solo se le acusa de practicar exhibicionismo frente a unos niños, no de violación ni de actos violentos, y mantiene una relación entrañable con su madre) encarnado en Jackie Earle Haley (un gran acierto de casting que le ha valido una nominación al Oscar) con vistas a su futura redención. Aún así, resulta forzada y poco creíble. Ponga un pervertido en su vida, no se arrepentirá, parece la conclusión final de esa historia. Mientras tanto, veremos como los personajes aparentemente idealistas y rebeldes no lo son tanto como para renunciar a lo que ya tienen. Un final conformista, muy acorde con una película en la que siempre parece que va a pasar algo muy gordo (mantiene la tensión y tiene un ritmo absorbente), pero en la que finalmente no pasa nada especialmente destacable. Quizá ese sea el sentido final del filme: así es la vida, la sociedad conservadora y retrógrada acaba triunfando sobre el individuo. Los sueños deben quedar, por tanto, en el terreno de la ficción (se menciona expresamente “Madame Bobary” y el marido de Kate Winslett le pone “virtualmente” los cuernos a su mujer con una estrella erótica de Internet). No está nada mal la idea, pero para hacerla funcionar tendrían que haber puesto más carne en el asador; y no me refiero a la de Kate Winslett, precisamente.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ain, que putada! como bien sabe acudo a las sesiones filmicas extrañamente acompañado a veces. Little Children me la tenía reservada para mi, pero leído lo leído.. me creo del todo lo leído y me parece que paso. "Gracias" y "eres un cabrón" a partes iguales, Deckard. Un saludo.

Anónimo dijo...

Pero Deckard, también comentamos que el final en el fondo era muy valiente porque lo bonito es que se hubieran decidido a ser felices y no a la estabilidad económica, que es lo que realmente eligen. Prefieren vivir tranquilos y no romper lo que ya quedará en la categoría del amor físico y perfecto, en lugar de sus vidas imperfectas. En cualquier otra peli más convencional hubieran escapado juntos y hubieran comido felices sus perdices. Y nos hubieran escatimado sus peleas, sus malos rollos de pareja. De nueva pareja.

DECKARD dijo...

Chewie: sé que le gustaron mucho "American beauty" y "Hapiness", así que creo que esta le dejaría más bien indiferente.

Selma: claro, por eso digo que la idea no está mal. Se puede interpretar como un final conformista, pero también más cercano a lo que sería la realidad de los personajes. Lo que pasa es que no acaba de funcionar porque antes no han puesto todo lo que hay que poner y además resulta algo forzado.

Un saludo a ambos!