16 junio, 2010

MIS CRÍTICOS DE CABECERA


Creo que todos los cinéfilos, al igual que tenemos nuestros cineastas de cabecera, también seguimos a unos cuantos críticos a los que nos une cierta afinidad. Por ejemplo, ahora me avergüenza decirlo, pero siendo honesto tengo que reconocer que Carlos Pumares a través de su mítico programa Polvo De Estrellas jugó un papel importante en mi cinefilia. Sus lecciones radiofónicas de cine coincidieron con una época dorada de la programación cinematográfica en televisión que nos permitió conocer ¡en prime time! la obra casi completa de maestros como Alfred Hitchcock o Fritz Lang, oferta enriquecida con la estupenda selección de cine de autores clásicos y modernos llevada a cabo por el Cine Club de La 2. Me cuesta reconocerme en el chaval que pasaba largas noches insomne escuchando a Carlos Pumares, ya que, a medida que fui configurando mi propio criterio, sus irreflexivas invectivas dejaron de tener gracia y sus opiniones empezaron a parecerme más rancias que la filmografía completa de su amigo Garci. Creo que el personaje acabó devorando a la persona.

Por contra, conservo un enorme respeto hacia dos críticos que ya no ejercen su profesión. A través de las páginas de Fotogramas y del programa Días de Cine les estuve siguiendo la pista hasta que uno de ellos falleció y el otro se retiró de la crítica para pasarse al otro bando, el de la dirección. El primero es el gran maestro de la crítica española, José Luis Guarner. Autorretrato del Cronista es un libro de obligada lectura para todo aquel que se dedique a la crítica cinematográfica, sus sabios consejos no tienen precio. El estilo de Guarner se basaba en la combinación de una basta cultura alejada de prejuicios culturales, una fina ironía y una gran modestia que le impedía caer en los frecuentes ataques de pedantería tan propios de su profesión. Su edad y su formación clásica no fueron nunca óbice para destacar la obra de nuevos talentos como el Ridley Scott de Blade Runner (aunque ahora es un clásico que nadie discute, en su momento fue una película de culto apreciada solo por unos pocos perspicaces) o como, ya en el tramo final de su vida, el Tarantino de Reservoir Dogs. Cuando la mayoría de los críticas de sus colegas subrayaban el carácter plagiario de la ópera prima del director de Pulp Fiction respecto al filme de Stanley Kubrick Atraco perfecto, Guarner se atrevía a decir que el alumno había superado al maestro, algo que pude constatar años más tarde viendo la acartonada y balbuciente película del luego magnífico director de 2001: Una Odisea del Espacio. Ah, y también conviene recordar la magnífica labor de Guarner como traductor de los guiones y demás escritos de Woody Allen. Fue un pionero en un campo editorial muy poco explotado por entonces en España.


El segundo crítico al que me refería es, como quizá han adivinado, el laureado Daniel Monzón. Junto a él aprendí a apreciar la calidad que se escondía tras muchos productos comerciales de puro entretenimiento, pero sin despreciar el buen cine de autor. En definitiva, que no hay nada malo en disfrutar tanto con el cine de Bergman como con los dibujos del Correcaminos, que hay que juzgar cada cosa en su contexto y según sus diferentes pretensiones. Tenemos que aprender a convivir con esa mixtura cultural tan propia de nuestra generación. Ah, y les puedo decir con casi toda seguridad que Monzón era el antiguo Sobrino de Mr. Belvedere (el nuevo no le llega ni a la suela del zapato). Esa identidad secreta le permitía ser más vehemente en sus comentarios de lo que en él era habitual. Los lectores de Fotogramas saben de qué les hablo.


¿Y en la actualidad cuál es mi crítico de cabecera? Pues sin lugar a dudas Tomás Fernández Valentí, al que sigo desde hace años en las páginas de Dirigido Por... e Imágenes de Actualidad. De hecho, este post está inspirado por una entrevista con él que he leído recientemente en Blog de Cine. De él me gusta, entre otras cosas, su especial querencia por el cine fantástico, que justifica de la siguiente manera:

"...diré que el género que más me ha interesado siempre es el fantástico, en sus acepciones de terror y ciencia ficción, y por una razón muy sencilla y, a la vez, tremendamente complicada: porque es el género que más depende del concepto de puesta en escena que tanto me gusta, porque es el género cuyo sentido nace de la planificación, del encuadre, del montaje, del movimiento de cámara. Me atrevería a decir que, por definición, el cine fantástico es el más rico e intelectual de los géneros, en lo que a concepción teórica se refiere, y a pesar de que, claro, no siempre dé lugar a películas también ricas e intelectuales, sino más bien todo lo contrario (lo cual demuestra que es más difícil y complejo de lo que parece a simple vista)".


Bueno, les recomiendo que lean la entrevista completa. Si les gusta leer sobre cine, merece la pena. Y luego pueden leer un enriquecedor texto llamado Los Ojos de Blade Runner del que es autor. No siempre coincido con sus opiniones, pero éstas siempre me parecen interesantes, bien desarrolladas y ajenas a modas pasajeras. Incluso cuando habla de films mediocres es capaz de extraer un tema acerca del que merece la pena reflexionar. Leí hace años su reivindicativo libro sobre Paul Verhoeven y estoy deseando leer David Lean: La Pasión y el Espectáculo y el más reciente: Martin Scorsese: Un Infiltrado en Hollywood.

1 comentario:

ANRO dijo...

Veo querido amigo que has vuelto a engrasar tu teclado y las largas ausencias, a las que nos tenías acostumbrados, parecen diluirse. Eso es bueno.....espero.
Veo que eres un fotogramero de pro, aunque esa revista ya no es ni sombra de lo que era. Te puedo decir que la primera vez que llegué a pisar su redacción (long, long time ago) lo hice con devoción reverencial.
Todos los críticos que citas son de pro y a muchos de nosotros nos han alumbrado con sus certeros puntos de vista.
Mi colección de "Dirigido por" se remonta a los primeros números. El number one lo perdí en una de mis múltiples mundanzas snif!
En fin amigo, espero que no se te vuelva a inmovilizar el teclado.
Un abrazote.